Google, la multinacional de la tecnología por excelencia, acaba de dar un paso que a buen seguro agradecerán sus millones de usuarios en todo el mundo: el fin de las contraseñas. Se acabaron los olvidos y los hackeos, estos últimos, en muchos casos, relacionados con el primer factor, que obliga a que muchas personas utilicen la misma clave para el correo electrónico, las redes sociales o la cuenta del banco, a menudo relacionada con fechas de nacimiento y nombres de padres, esposos, hijos o mascotas, poniéndolo más fácil a los ciberdelincuentes. Como avanzan los compañeros de la cuenta especializada 'Topes de Gama', la empresa estadounidense ha firmado el finiquito de las secuencias alfanuméricas que caducan y obligan a continuos cambios, apostando desde este momento por las denominadas como 'passkeys' o llaves de acceso.
De esta forma, aprovechando la proliferación de teléfonos inteligentes, incluso entre estratos de población antes vedados como personas mayores, han hecho realidad los rumores que venían produciéndose en torno a este hecho, que pasa por la facilitación de los accesos a mail. A partir de ahora, la autenticación será biométrica (por huella dactilar o reconocimiento facial), dependiendo de la fórmula de que disponga el terminal en cuestión, aunque ya la mayoría apuesta por ambas o, al menos, por el desbloqueo a partir de la imagen del rostro del dueño. Igualmente, la plataforma ha pensado en todas las posibilidades, como el hecho de utilizar un ordenador que no es el tuyo, proporcionando a cada persona una clave virtual que podrá llevar en su 'smartphone'. Obviamente, habrá casos extremos en los que no se disponga en ese momento del móvil, bien por falta de batería o por olvido o sustracción, pero, incluso así, no habrá que recordar una contraseña.
Bien es cierto que existen ya desde hace tiempo aplicaciones, algunas del propio Google, para autenticarse de manera secundaria y acceder a su tu cuenta, como una especie de sistema de seguridad secundario, aunque la idea es que, de no disponer de la 'passkey', puedas usar una dirección de correo alternativa o un sms tradicional para solventar el problema de manera coyuntural hasta que se restablezca la normalidad, aunque, según diversas fuentes, todavía no se ha depurado del todo. Sea como fuere, el mensaje principal es que las contraseñas, en su acepción más clásica, han muerto o, en el mejor de los casos, se encuentran en fase terminal. La empresa norteamericana, que gasta millones de euros al año en mejorar su seguridad, quiere ofrecer a sus clientes un entorno cada vez más confiable, utilizando el anglicismo, para que loguearte no sea un suplicio.