José Antonio Rivero3 min lecturaDurante los últimos tiempos hay varios caminos comunes en la inmensa mayoría de grandes ciudades españolas y europeas. El centro de dichas ciudades tiende a quedarse sin coches y pasar a ser zona peatonal. Además, se está dando luz verde a la incorporación de la llamada movilidad sostenible, con medios de transporte que contaminan mucho menos que un coche, como es el caso de las bicicletas.
Varias ciudades de Galicia fueron pioneras en decidir convertir su centro histórico en una zona peatonal, algo que no se ha dejado de ver en muchos puntos de España. Tanto es así, que el Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha ido un paso más allá y ha prohibido la circulación de bicicletas por las calles peatonales del centro histórico, considerando que la presencia de ciclistas son un riesgo para los viandantes en esas zonas.
Hay que recordar que el Reglamento General de Circulación, exactamente en su artículo 121.5, especifica que "la circulación de toda clase de vehículos, en ningún caso deberá efectuarse por las aceras y demás zonas peatonales", aunque bien es cierto que hay ciudades que tienen instalados carriles para ciclistas en dichas calles peatonales, por lo que permite su circulación por las mismas.
Sevilla es un buen ejemplo de esto. La capital hispalense tenía en 2022 189 kilómetros de carril bici distribuidos por toda la ciudad, incluidas zonas peatonales como la calle San Jacinto en Triana o la avenida de la Constitución en el centro histórico.
En otras ciudades como Zaragoza, las bicicletas pueden circular por las zonas peatonales si no son un riesgo para los viandantes.
El Ayuntamiento de Santiago de Compostela no especifica en la Ordenanza Municipal la cuantía a pagar por un ciclista si es pillado circulando por una de las calles peatonales donde tiene prohibido hacerlo, pero sí que refleja la posibilidad de que la policía local confisque la bicicleta.
Desde el consistorio también especifican que no por todas las calles está prohibida la circulación de ciclistas, sólo por las calles peatonales, como es el caso del centro histórico, donde la prioridad siempre va a ser para el peatón.
La ciudad de Zaragoza suma más de 130 kilómetros de carril bici, siendo además una ciudad muy plana, lo que ayuda al uso de bicicletas y otros medios de transporte como los patinetes eléctricos. El carril bici ubicado en el cruce de la avenida Goya y el paso de Fernando el Católico acumuló en 2023 más de 1,3 millones de usuarios, una cifra que pone en valor el uso de este tipo de vía.