Durante la época del verano se juntan dos condicionantes que hacen que debamos estar muy alerta al volante. Primero de todo, es la época vacacional por excelencia, siendo julio y agosto los meses que concentran mayor número de desplazamientos por carretera de todo el año. A esto se le suma las elevadas temperaturas propias de esta época, las cuales hace que muchos días se conduzca bajo un calor sofocante e incluso extremo. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha emitido una serie de consejos y recomendaciones para los conductores que viajen en verano, sobre todo días muy calurosos.
Aunque pueda resultar algo obvio, lo primero es preparar el coche y a nosotros mismos antes de conducir y emprender el viaje con mucha calor.
Es fundamental ventilar el vehículo antes de emprender la marcha. Si ha estado estacionado al sol, abrir todas las puertas permite que el aire caliente salga y la temperatura de dentro baje. Además, el uso de parasoles también ayuda a frenar algunos grados la temperatura interior del coche. También es importante revisar el estado del coche en lo que a sistema de refrigeración, nivel de líquidos y neumáticos se refiere.
En lo que respecta al conductor, es aconsejable ir vestido con ropa transpirable y ligera. La DGT avisa de que no es recomendable conducir con chanclas, ya que no tienen una buena fijación sobre los pedales. Deben de llevarse zapatillas que se ajusten bien al pie y que sean cómodas.
Mantener el aire acondicionado o climatizador a una temperatura media de entre 21 y 24 grados no sólo sirve para aliviar y eliminar la sensación de calor, también es lo ideal para poder estar concentrados en la conducción y tener una amplia capacidad de reacción al volante.
Es necesario estar hidratado bebiendo agua varias veces, incluso cuando no se tenga sed. La deshidratación afecta a la concentración y, por tanto, a la conducción, aumentando el riesgo de accidente. Es por eso que hay que llevar una botella de agua y realizar paradas para hidratarse y estirar las piernas.
Un elemento fundamental al volante son las gafas de sol, puesto que ayudan a evitar deslumbramientos y mejoran la visibilidad. Eso sí, es recomendable usar gafas homologadas, que ofrezcan protección UV y sean adecuadas para la conducción. También es recomendable evitar las horas del día en las que el sol sale y se pone, puesto que está más bajo y molesta más a la vista. Bien es cierto que esas horas son las de menos calor, por lo que si se viaja durante ellas lo ideal es parar para descansar hasta que el sol no moleste a la vista.