La magnitud de un futbolista de la dimensión de Kylian Mbappé, aun sin brillar en una Eurocopa en la que estaba llamado a ser estrella, es el último reto de una España brillante para cumplir el sueño de volver a estar en una final del torneo doce años después y también de Jesús Navas, ante la baja de Dani Carvajal sancionado, en un gran desafío final como internacional a sus 38 años.
El delantero galo ha sido noticia esta Eurocopa por sus palabras fuera del terreno de juego, donde ha pedido en varias ocasiones el voto contra la líder de la Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen. Precisamente las declaraciones del francés le crearon un problema a Unai Simón, quien dijo que "tendemos muchas veces la tendencia a opinar demasiado de ciertos temas cuando no sé si deberíamos opinar o hacer esas cosas porque yo aquí soy jugador, me dedico al fútbol y soy profesional del balón. Lo único que debería hablar en estos momentos es de temas deportivos, y los temas políticos dejarlos a otras personas o entidades". Ese hermetismo del portero de 'La Roja' fue muy criticado, aunque es una postura que el guardameta mantiene.
"Son temas delicados porque si no eres muy conciso, muy preciso, todo se puede malinterpretar. Para opinar de algo como la política, sabiendo la influencia que podemos tener en la gente, creo que hay que tener un conocimiento profundo, si uno no lo tiene no creo que sea positivo opinar", ha afirmado en una reciente entrevista a La Vanguardia. Cuestionado sobre Mbappé, el portero del Athletic también quiso aclarar que "entiendo que sabrá mucho de la política francesa. El otro día se me malinterpretó con unas palabras que dije, no le quería contradecir ni promover cosas como el fascismo o el racismo, simplemente quería decir que si no entiendes mucho de algo es mejor no opinar, como sucede conmigo".
Unai Simón demuestra ser un futbolista atípico, puesto que no tiene redes sociales. "Cuando empecé en esto, hasta el filial y el primer año en el Athletic, sí que tenía redes, como todos los chavales. Lo que pasa es que leía demasiado las cosas que hablaban de mí, y tanto si eran cosas positivas como negativas me afectaban mucho. Porque luego me creía que era muy malo cuando leía lo malo o muy bueno si leía lo bueno. Así que me dije que tenía que obligarme a hacer un esfuerzo y dejarlo. Y lo dejé", confiesa en la citada entrevista.