Este jueves, el Gobierno de España hará oficial que tomará las riendas de la RFEF. Esta medida, que persigue combatir la corrupción que azota desde hace años al ente federativo, no ha encontrado oposición en la FIFA, quien, de hecho, ha dado su visto bueno para que el Ejecutivo de nuestro país pueda hacerse cargo de esta organización. Así, se hace oficial que dicho organismo no contará con presidente, confirmando que Pedro Rocha, el principal aspirante, no podrá hacerse con el bastón de mando en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
A pesar de que, en alguna ocasión, se especuló con que la Federación Española de Fútbol pudiera ser intervenida, esta es la primera que tiene visos de realidad. Tal y como señala el diario As, el objetivo que tiene el Gobierno con este medida es el de acabar con una “grave crisis” de este deporte en España. Para la organización y el correcto funcionamiento de las obligaciones que tiene esta institución de forma cotidiana, se contará con una comisión que estará formada por varias personas de un prestigio considerable, ya sean del mundo del derecho, del fútbol o del deporte.
Con esta medida, que se llevará a cabo independientemente de que el expresidente de la Federación Extremeña sea suspendido o no por el TAD, se pone fin a las especulaciones en torno a la presidencia de la RFEF. Con la citada intervención, ni Rocha, investigado por la ‘Operación Brody’, ni ningún otro precandidato tendrá acceso al sillón que ocupó hasta hace muy pocos meses Luis Rubiales, quien también se encuentra envuelto en problemas con la Justicia.
Las diferentes denuncias que ha ido interponiendo Miguel Ángel Galán, presidente de CENAFE, han jugado un papel clave en esta medida. En su momento, José Manuel Rodríguez Uribes, secretario de Estado para el Deporte, quiso dejar claro que el principal objetivo del CSD, institución que preside, no es otro que el de garantizar la estabilidad de los órganos de gobierno de nuestro deporte, entre los que está incluido la RFEF. “Es impensable que el representante del fútbol español en la Europa sea investigado”.
Esta medida es muy delicada, ya que el organismo que rige el fútbol a nivel mundial podría acusar al Ejecutivo de injerencias en el fútbol. No es una cuestión menor, ya que, si se confirmara este extremo, la selección española podría ser expulsada de cualquier competición en la que participe. Por ello, los dirigentes han querido ser muy cuidadosos, y para tomar esta decisión, se habrían fijado en lo que sucedió en el país transalpino en el año 2006.
En ese momento, en Italia había un gran escándalo en torno a partidos amañados o partidos ilegales, por lo que el Comité Olímpico y el Gobierno, se tomó la decisión de intervenir. Esta es la base en la que se sustenta España para intervenir una RFEF que no deja de saltar en escándalo en escándalo, generando una imagen nefasta para este deporte, y más, teniendo en cuenta que, en pocos años, se debe organizar un Mundial.