José Antonio Rivero3 min lecturaEl caso del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso todavía tiene mucho que ofrecer. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales ha pedido a la Audiencia Nacional revocar su condena a 10.800 euros de multa por agresión sexual a Jenni Hermoso, al insistir en que el beso que la dio tras el Mundial de 2023 fue un signo de "euforia", pero nunca un delito porque no hubo ninguna intención sexual.
La abogada de Rubiales, Olga Tubau, expone en su recurso un "claro error" en la valoración de la prueba del juez, de quien cuestiona que haya dado "plena credibilidad" a la víctima.
La defensa del expresidente de la RFEF acude en última instancia al principio de "in dubio pro reo": pide que se tenga en cuenta que existe una "duda razonable" sobre si el beso fue agresión sexual y, ante esa duda, expone, se debe absolver al acusado.
"No se pide permiso, cuando existe una relación de cierta confianza y amistad, para dar un beso en la mejilla", alega la abogada de Rubiales, que indica su ausencia de voluntad de atentar contra la libertad sexual de Jenni Hermoso.
La fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, ha criticado con dureza en su recurso contra la sentencia de dicho caso tanto el fallo como las formas y la actitud del juez José Manuel Fernández-Prieto en el juicio.
Desde la Fiscalía se solicita que se anule la sentencia porque, entre otros motivos, considera una "ofensa a las víctimas" que el juez de lo Penal de la Audiencia Nacional haya castigado con una pena de multa (10.800 euros) el delito de agresión sexual a la jugadora.
"La aplicación del tipo atenuado, la imposición de una pena de multa, y de esta multa, atendiendo a las circunstancias del caso expuestas (le cogió la cabeza con las manos), constituye una ofensa para la víctima y para las víctimas de agresiones sexuales. Sin duda un mal precedente", argumenta.
La fiscal también pide condenar a Rubiales por ese delito a un año de cárcel, ya que defiende que se debieron tener en cuenta "las circunstancias en las que se produjo el hecho (ante el mundo entero), las consecuencias personales, psicológicas, reputacionales y profesionales para la víctima".
Por eso considera también insuficiente la indemnización por el "daño moral" a la futbolista (3.000 euros frente a los 50.000 que reclamaba por ese delito).