Uno escucha el nombre de Erling Haaland y lo primero que se le viene a la cabeza es gol. El delantero del Manchester City lleva 38 goles en 44 partidos esta temporada, unos registros que no son tan altos como los del curso pasado, pero que siguen siendo envidiables. Una de las explicaciones al buen rendimiento de Haaland está en su alimentación, la cual se basa en una dieta bastante sorprendente, tal y como el propio futbolista confesó hace algo más de un año en el documental que hicieron sobre su marcha del Dortmund y su llegada a Mánchester.
El punta noruego ingiere 6.000 calorías al día, en una dieta basada en comer alimentos ricos en hierro y vitaminas como corazones de animales, hígados y otras vísceras. "Ustedes no comen esto, pero yo me preocupo por cuidar mi cuerpo. Creo que comer comida de calidad y que sean locales es lo más importante", confesó Haaland entonces. Lo que se ha puesto ahora en duda es otro de los pasos del noruego en su dieta, el consumo de leche cruda.
"Haaland con su leche cruda. Más deportistas de élite haciendo magufadas. Esta gente se rodea de los mejores especialistas del mundo. Tú puedes seguir haciéndole caso a la Charo del ambulatorio del pueblo, que te dice que hay que bajar el colesterol porque patatas", dice una publicación reciente en X (antiguo Twitter), en la cual se ve a Erling Haaland con una botella de leche cruda en la mano, una moda que está en tendencia entre los futbolistas y personas famosas.
Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) afirman que el consumo de leche cruda conlleva un posible riesgo para la salud, mientras que hay otra corriente de pensamiento que asegura que la pasteurización de la leche destruye nutrientes de dicho alimento.
La AESAN indica que los riesgos que tiene la leche cruda están basados en la posible presencia de contaminantes, como bien podría ser la salmonella, la listeria monocytogenes o infecciones producidas por staphylococcus aureus, entre otros muchos problemas para la salud. Tanto es así, que en España la venta de leche cruda está regulada.
La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL) recomienda el consumo de leche pasterizada, UHT o esterilizada, puesto que tiene el "mismo valor nutricional" que la cruda, además de contar con unos niveles de seguridad alimentaria mucho más altos.