Mientras que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sigue dando pasos hacia sus nuevas elecciones y la búsqueda de un nuevo presidente, Vicente del Bosque, cabeza visible de la comisión de supervisión creada por el CSD se dio un nuevo baño de masas en el municipio zaragozano de Villafeliche, donde los vecinos se volcaron con el exseleccionador, entregándole el premio Trevillano y la medalla de oro del municipio por los valores de trabajo, sacrificio, constancia o fe que representa. Justo lo que buscaba con él el Gobierno al colocarlo como cabeza visible de esa comisión que ha quedado en fantasma y en la que no se le ve -al menos públicamente- desde la Eurocopa del pasado verano en Alemania.
"Contento y agradecido" se mostró un Vicente del Bosque que en su función de supervisión de la RFEF viene cumpliendo con los actos y labores que le solicitan, como fuentes de su entorno aseguraron en una clara defensa a Del Bosque. La idea de Pedro Sánchez y los suyos no era otra que la de colocar a un rostro conocido y reconocido en el mundo del fútbol al frente de ella; una figura como Vicente del Bosque, que aúna a todos. La injerencia política, sin embargo, mandó todo al traste, amenazando la FIFA y la UEFA con sancionar al fútbol español si eso ocurría. De ahí que Rocha siguiera campando a sus anchas durante la Euro mientras que a Del Bosque se le escondía y mostraba en un segundo plano. Una plan, a todas luces, fallido desde su nacimiento.
Por ello, lo tengo claro. Vicente del Bosque debería ser el nuevo presidente de la RFEF y no ningún representante de ninguna comisión fantasma ni forzada por el Gobierno. Un líder de pleno derecho, y reconocido, que pueda cambiar los vicios (cada vez menos) ocultos de la Federación. Esa es la única solución al problema que arrastra la RFEF desde Rubiales, con Pedro Rocha como continuación y Yaye, si nada cambia en los próximo días, como brazo ejecutor y continuista de la futura Federación.
María Ángeles García 'Yaye', vicepresidenta de la última Junta Directiva y al frente ahora de la Comisión Gestora será salvo sorpresa mayúscula la futura presidenta de la RFEF. El proceso para presentarse a las elecciones y presentar el 15% de los avales de los 138 miembros; es decir, 20 asambleístas, que sólo pueden avalar a un candidato.
Rafael del Amo, presidente de la Federación Navarra, contemplaba la posibilidad, pero finalmente no lo hará, según Mundo Deportivo, por lo que Yaye continúa como única candidatura, proclamándose públicamente las candidaturas el próximo martes 17 y cerrándose el plazo para las impugnaciones el miércoles 18. Si ella fuera la única candidata, lógicamente ya habría presidente el 27 de octubre. De lo contrario, sería elegido en la Asamblea del 7 de octubre.
Un paripé más, el de estas nuevas elecciones, que posibilita que todo siga prácticamente igual en la RFEF. Cambian las caras, pero sigue la misma corriente de los últimos años. Algo que intentó frenar en seco Carlos Herrera, presentándose en los anteriores comicios, y topándose frontalmente con la realidad reinante en la RFEF. Una maraña que sólo una figura como Vicente del Bosque sería capaz de desentrañar. Eso sí, sin mano del Gobierno, y desde dentro. Si el salmantino quiere ayudar al fútbol, debe hacerlo desde dentro y no como un hombre de paja impuesto por el CSD. Vicente del Bosque, presidente.