La afición del Rayo Vallecano, esa misma que lleva sacando pecho por su tolerancia y su respeto cuando medio país le acusa de lo contrario, de xenófobos, de racistas... por no permitir a un jugador ejercer su trabajo, se pegaba ayer un tiro en el pie con una acusación que, si alguna vez los organismos pertinentes se toman algo en serio, debería costarles una dura sanción e incluso podría llevarles al juzgado.
Un grueso sector de la afición del equipo madrileño, encabezada por los Bukaneros, lanzaban advertencias en las redes sociales que escondían amenazas veladas y en la que el mensaje era que no podían asegurar la seguridad de Zozulia si acababa fichando por el Rayo. Si la Comisión Antiviolencia ha calificado de violento a un grupo por un acto en el que sólo han participado once, ¿cómo se puede calificar esto?