El primero en desvelar su adiós fue el propio Juan Carlos Amorós, que publicaba una extensa carta de despedida en sus perfiles oficiales de las redes sociales el 13 de mayo, en vísperas del último encuentro de la temporada ante el Rayo Vallecano, para anunciar que no seguiría al frente del Betis Féminas: "La dirección deportiva y yo tenemos visiones diferentes del protecto que seguir, y nos toca separar nuestros caminos, pero me gustaría agradecerles la oportunidad que me han dado de dirigir a este club tan especial y que llevaré para siempre en el corazón". Tres días más tarde, el club hacía público que, tras un año y medio al frente del primer equipo, el madrileño no vería renovado su contrato, agradeciéndole "su compromiso, esfuerzo y dedicación".
Con el ex copreparador del Tottenham Ladies, las heliopolitanas lograron salvar la categoría en la 20/21, tras coger al equipo en descenso, y eludir problemas igualmente con mucha antelación en la 21/22, con un noveno puesto final, pero los responsables béticos quieren dar un paso al frente y consideran que, de alguna manera, pese a todos los problemas que han lastrado al equipo en los dos últimos cursos, no se ha sabido exprimir todo el potencial de una plantilla hecha para más. Por eso, la apuesta para sustituirlo, a falta de confirmación oficial, tiene experiencia sobrada: sexto y quinto clasificado, respectivamente, en las dos ediciones más recientes de la Liga Iberdrola y unas semifinales de la Copa de la Reina. Además, el primer paso, rescindir con el equipo que tenía sus derechos, ya está dado.
Este martes, el Granadilla anunciaba el acuerdo "de forma amistosa" para que los caminos del club insular y Francis Díaz se separen. Con palabras mutuas de cariño y admiración, el preparador tinerfeño pone fin a casi tres años al frente del conjunto 'chicharrero' para, según se comenta en los mentideros del fútbol femenino, tomar las riendas del Betis Féminas, en principio por dos temporadas, aunque los últimos flecos de la negociación se discutían en las últimas horas. El acuerdo, si no hay giros mayúsculos de los acontecimientos, es prácticamente total. Incluso, podría anunciarse durante lo que resta de semana, con la plantilla verdiblanca de vacaciones desde el pasado 25 de mayo. Con Díaz o sin él, se esperan movimientos para retocar un grupo que debe dar un salto en sus aspiraciones, reverdeciendo laureles no tan viejos.