Luiz Henrique André Rosa da Silva (21), oficiosamente uno de los dos fichajes del Real Betis para la próxima temporada, junto con su compatriota Luiz Felipe Ramos Marchi (25), ha recuperado la sonrisa y el gol con el cambio de entrenador en Fluminense, que decidió prescindir de un Abel Braga que había condenado al extremo derecho al ostracismo desde la eliminación de la Copa Libertadores y la publicación de su traspaso, confirmado por el propio presidente tricolor. Tampoco ayudaron unas molestias de tobillo, aunque lo cierto es que, si ya en la despedida del anterior míster comenzó a partir de inicio de nuevo en las alineaciones, ha sido con Fernando Diniz cuando el de Petrópolis ha recuperado el vuelo definitivamente.
El histórico club carioca no conoce la derrota con el de Patos de Minas (un empate y dos victorias), periodo en el cual el atacante ha anotado dos tantos: el definitivo 2-1, a pase de Fred, ante el Junior de Barranquilla para retomar el pulso al Grupo H de la Copa Sudamericana; y el 0-2 en la vuelta ante Vila Nova (3-2 en la ida) para clasificarse a los octavos de final de la Copa de Brasil. Entre medias, 90 minutos en la Série A contra el Palmeiras a domicilio (1-1). Una resurrección en toda regla de Luiz Henrique, que ha vuelto a ser ese atacante determinante y vertiginoso por el que los heliopolitanos pagarán 9 millones de euros fijos (en tres cómodos plazos, que esperan como agua de mayo en el 'Flu' para pagar nóminas y cubrir deudas) y 2,6 en bonus.
La situación del zurdo desde que se conoció que cambiaría de aires no ha sido nada cómoda. Como si él hubiese forzado un traspaso que ayudará a la supervivencia del 'Time das Laranjeiras'. La afición del Maracaná la tomó primero con la entidad, convocando una manifestación multitudinaria en la que exigían que no se soltara al canterano por menos de su cláusula (40 kilos), pese a estar ya todo cerrado. Después, con su rendimiento condicionado por una articulación maltrecha, la pagaron con Luiz Henrique, tildándole poco menos que de mercenario. Sin embargo, el señalado aprovechó su tanto contra el Vila Nova para no sólo festejar de manera efusiva con sus compañeros, sino para besarse el escudo de camiseta y recordar a navegantes: "Yo amo a este club". Se irá al Betis y progresará, aunque fue una forma de dejar claro que no es ni de largo el más beneficiado con el trato.