Real Betis-Villarreal (0-2): Se marca 'un Celta' en el momento más inoportuno

Real Betis-Villarreal (0-2): Se marca 'un Celta' en el momento más inoportuno
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 8 min lectura
El Villarreal de Unai Emery, que tiene tomada la medida al Real Betis esta temporada, volvió a batirlo con claridad (0-2, tras el 2-0 en La Cerámica) y le baja de la nube a la que se había subido por méritos propios el conjunto de Manuel Pellegrini, que resiste en la tercera plaza, aunque ve cómo se aprieta la lucha por la Champions, con los amarillos y el Barça ganando terreno por detrás. Esta vez no funcionaron las rotaciones masivas, pensando seguramente en el Rayo, a un equipo extenuado, sin claridad de ideas ni fuerzas, y al que no salió nada a derechas frente a un rival directo. Se marcó 'un Celta' en el peor momento, el más inoportuno, si bien le quedan por delante ocho citas en un mes natural con todos los objetivos aún a su alcance.

Pellegrini cambió más de medio equipo respecto al que goleó en Copa a la Real Sociedad, aprovechando el descanso entonces de los internacionales americanos (algunos ni habían regresado), manteniendo sólo intacta la portería y su potente línea de mediapuntas, pero variando casi toda la zaga, el doble pivote y la vanguardia. El espíritu, con todo, fue el mismo, ordenando el míster chileno una fuerte presión, especialmente tras pérdida, enarbolando la intensidad como arma para discutir la posesión a un rival directo que se impuso con claridad en la primera vuelta (2-0). Y el intercambio de golpes parecía una realidad inevitable.

Empezó asustando el cuadro amarillo, merced a dos intentos de Alcácer que se fueron arriba y de una colada de Pedraza bien anulada por Guardado, que se jugó el penalti. La pujanza por fuera de los castellonenses, con un doble lateral muy ofensivo por la izquierda y el vertiginoso Samu Chukwueze en la derecha, obligaba a Canales y Juanmi a ayudar a sus laterales, exigidos y previsiblemente con menos libertad para proyectarse este domingo. Mandaban los de Emery, aunque la amplitud del catálogo de recursos del anfitrión permitía ser optimistas. Así se llegó al ecuador de esta primera fase, de hecho, con el Betis a la expectativa, si bien quizás con mejor control de la situación en las inmediaciones del área propia, donde cerró filas para evitar cualquier tipo de peligro.

Miranda, que sacó una amarilla a Chukwueze, inauguró el carrusel de disparos a puerta con un chutazo lejanísimo que forzó la estirada de Rulli por si acaso, mientras que Fekir estrellaba en la barrera el libre directo forzado por Willian José. Por fin encontraba la verticalidad y la finalización, pan de cada día del 'estilo Pellegrini'. Mucho más cerca del gol anduvo el campeón del Mundo cumplida la media hora, aunque el meta visitante logró desviar, no sin apuros, su zurdazo de rosca desde el vértice. En el 33, Alcácer no peinó por muy poco un balón colgado por Parejo por el que no peleó por alto Rui Silva, si bien las sensaciones seguían sonriendo a los heliopolitanos: no habría subido al marcador por fuera de juego, aunque Juanmi vio bien en el segundo palo que la falta botada por Nabil le quedaría a placer, sin contar con el tremendo paradón de Rulli.

Sin embargo, como la temporada pasada, Pau Torres abrió el marcador al rematar de cabeza, inexplicablemente sin oposición y a bocajarro, un córner muy cerrado. Como tantas otras veces, tocaba remar a contracorriente. Y lo intentó en la reanudación el conjunto de Pellegrini sin cambios de salida, ni siquiera en el ritmo de ejecución, manifiestamente lento y favorable a los intereses de quien iba ganando. Faltaba fluidez y precisión a los verdiblancos, que vieron cómo Chukwueze ampliaba distancias enseguida, tras partir del mismo círculo central, ganar en velocidad a los centrales y definir entre las piernas de Rui Silva. Por fortuna, la acción estaba anulada por fuera de juego.

Despertó entonces el Betis, aunque a Willian José le pilló de espaldas el gran pase al corazón del área de Canales, por lo que el brasileño prefirió dejar de cara para que Guardado estrellase su zurdazo en el cuerpo de un defensor. El siguiente paso del 'Ingeniero' fue arriesgar con los cambios, ya que cambió de punta (Borja por Willian) y retrasó a Canales a la sala de máquinas para que Rodri percutiese desde la derecha. Y la tuvo enseguida Fekir, que partió en posición correcta para cruzar demasiado su disparo en el mano a mano. Seguía sin llegar con continuidad ni claridad la escuadra sevillana, pero todo pudo cambiar en el 69, cuando Aurier frenó un disparo del Panda aparentemente con el brazo, aunque el VAR corrigió a González Fuertes, que había decretado penalti, pues el marfileño se estaba girando y el balón le impacta en el codo.

No era la tarde del tercer clasificado de LaLiga y flamante semifinalista de la Copa del Rey, recordando mucho la contienda a la que abrió 2022 en el mismo escenario contra el Celta. Fekir, apagado hasta ahora, se echó el equipo a la espalda en la recta final, pero estaba muy vigilado. Y tanto recordaba al primero del año el encuentro que Capoue, aprovechando una dejada de Manu Trigueros, la pondría en la mismísima escuadra para sentenciar un duelo que baja un poco de la nube al Betis, al que no le funcionaron esta vez las rotaciones masivas. Incluso, Rui Silva evitó el tercero de Danjuma, que se preparaba para fusilarle tras una contra de Lo Celso y Yeremy Pino.





FICHA TÉCNICA.-

Real Betis:
Rui Silva; Bellerín, Pezzella, Bartra, Miranda; Guido Rodríguez, Guardado (Rodri 59'); Canales, Fekir (Tello 87'), Juanmi (Aitor Ruibal 85'); y Willian José (Borja Iglesias 59').

Villarreal: Rulli; Foyth (Aurier 64'), Albiol, Pau Torres, Pedraza; Chukwueze (Yeremy Pino 77'), Capoue, Parejo, Alberto Moreno (Lo Celso 77'); Gerard Moreno (Manu Trigueros 35') y Alcácer (Danjuma 64').

Árbitro: González Fuertes (asturiano). Amarilla a los locales Canales y Borja Iglesias, así como a los visitantes Chukwueze, Alberto Moreno y Capoue.

Goles: 0-1 (41') Pau Torres; 0-2 (83') Capoue.

Incidencias: Encuentro de la jornada 23ª de LaLiga, disputado en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla (al 75% de su capacidad por las restricciones sanitarias) ante 44.870 espectadores. Representantes del Zenit (próximo rival verdiblanco en la UEL), que está de pretemporada en el Algarve portugués, en el palco. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Frasco, ex futbolista verdiblanco en la década de los 70 del pasado siglo; José María Sarmiento, otrora directivo local en los 60; y Pascual González, autor del primer himno del Betis.