El
Villarreal de Unai
Emery, que tiene tomada la medida al
Real Betis esta temporada, volvió a batirlo con claridad (0-2, tras el 2-0 en La Cerámica) y le baja de la
nube a la que se había subido por
méritos propios el conjunto de Manuel
Pellegrini, que resiste en la tercera plaza, aunque ve cómo se
aprieta la lucha por la
Champions, con los amarillos y el Barça ganando terreno por detrás. Esta vez no funcionaron las
rotaciones masivas, pensando seguramente en el
Rayo, a un equipo extenuado,
sin claridad de ideas ni fuerzas, y al que no salió nada a derechas frente a un
rival directo. Se marcó '
un Celta' en el peor momento, el más
inoportuno, si bien le quedan por delante ocho citas en un mes natural con todos los
objetivos aún a su alcance.
Pellegrini cambió
más de medio equipo respecto al que goleó en Copa a la Real Sociedad, aprovechando el descanso entonces de los internacionales americanos (algunos ni habían regresado), manteniendo sólo intacta la portería y su potente línea de mediapuntas, pero
variando casi toda la zaga, el doble pivote y la vanguardia. El espíritu, con todo, fue el mismo, ordenando el míster chileno una fuerte
presión, especialmente tras pérdida, enarbolando la
intensidad como arma para discutir la
posesión a un rival directo que se impuso con claridad en la primera vuelta (2-0). Y el
intercambio de golpes parecía una realidad inevitable.
Empezó asustando el cuadro amarillo, merced a dos intentos de
Alcácer que se fueron arriba y de una colada de
Pedraza bien anulada por
Guardado, que se jugó el penalti. La pujanza por fuera de los castellonenses, con un doble lateral muy ofensivo por la izquierda y el vertiginoso
Samu Chukwueze en la derecha, obligaba a
Canales y Juanmi a ayudar a sus laterales,
exigidos y previsiblemente con menos
libertad para proyectarse este domingo. Mandaban los de Emery, aunque la amplitud del catálogo de
recursos del anfitrión permitía ser
optimistas. Así se llegó al ecuador de esta primera fase, de hecho, con el Betis a la
expectativa, si bien quizás con mejor
control de la situación en las inmediaciones del área propia, donde cerró filas para evitar cualquier tipo de
peligro.
Miranda, que sacó una amarilla a Chukwueze, inauguró el carrusel de disparos a puerta con un chutazo
lejanísimo que forzó la estirada de
Rulli por si acaso, mientras que
Fekir estrellaba en la
barrera el libre directo forzado por
Willian José. Por fin encontraba la
verticalidad y la
finalización, pan de cada día del 'estilo Pellegrini'. Mucho más cerca del gol anduvo el campeón del Mundo cumplida la media hora, aunque el meta visitante logró desviar, no sin
apuros, su zurdazo de
rosca desde el vértice. En el 33,
Alcácer no peinó por muy poco un balón colgado por Parejo por el que no peleó por alto Rui Silva, si bien las sensaciones seguían sonriendo a los heliopolitanos: no habría subido al marcador por fuera de juego, aunque
Juanmi vio bien en el segundo palo que la falta botada por Nabil le quedaría a placer, sin contar con el tremendo
paradón de Rulli.
Sin embargo, como la temporada pasada,
Pau Torres abrió el marcador al rematar de cabeza, inexplicablemente sin oposición y a bocajarro, un córner muy cerrado. Como tantas otras veces, tocaba remar
a contracorriente. Y lo intentó en la reanudación el conjunto de Pellegrini sin cambios de salida, ni siquiera en el ritmo de ejecución, manifiestamente lento y favorable a los intereses de quien iba ganando. Faltaba
fluidez y precisión a los verdiblancos, que vieron cómo
Chukwueze ampliaba distancias enseguida, tras partir del mismo círculo central, ganar en velocidad a los centrales y definir entre las piernas de Rui Silva. Por fortuna, la acción estaba anulada por fuera de juego.
Despertó entonces el Betis, aunque a
Willian José le pilló de
espaldas el gran pase al corazón del área de Canales, por lo que el brasileño prefirió dejar de cara para que
Guardado estrellase su zurdazo en el cuerpo de un defensor. El siguiente paso del 'Ingeniero' fue
arriesgar con los cambios, ya que cambió de punta (Borja por Willian) y retrasó a Canales a la sala de máquinas para que
Rodri percutiese desde la derecha. Y la tuvo enseguida
Fekir, que partió en posición correcta para cruzar demasiado su disparo en el mano a mano. Seguía sin llegar con
continuidad ni claridad la escuadra sevillana, pero todo pudo cambiar en el 69, cuando
Aurier frenó un disparo del Panda aparentemente con el brazo, aunque el
VAR corrigió a González Fuertes, que había decretado
penalti, pues el marfileño se estaba girando y el balón le impacta en el
codo.
No era la tarde del tercer clasificado de
LaLiga y flamante semifinalista de la
Copa del Rey, recordando mucho la contienda a la que abrió
2022 en el mismo escenario contra el
Celta. Fekir, apagado hasta ahora, se echó el equipo a la espalda en la recta final, pero estaba muy
vigilado. Y tanto recordaba al primero del año el encuentro que
Capoue, aprovechando una dejada de
Manu Trigueros, la pondría en la mismísima escuadra para sentenciar un duelo que baja un poco de la nube al Betis, al que no le funcionaron esta vez las
rotaciones masivas. Incluso,
Rui Silva evitó el tercero de Danjuma, que se preparaba para fusilarle tras una contra de
Lo Celso y Yeremy Pino.
FICHA TÉCNICA.-
Real Betis: Rui Silva; Bellerín, Pezzella, Bartra, Miranda; Guido Rodríguez, Guardado (Rodri 59'); Canales, Fekir (Tello 87'), Juanmi (Aitor Ruibal 85'); y Willian José (Borja Iglesias 59').
Villarreal: Rulli; Foyth (Aurier 64'), Albiol, Pau Torres, Pedraza; Chukwueze (Yeremy Pino 77'), Capoue, Parejo, Alberto Moreno (Lo Celso 77'); Gerard Moreno (Manu Trigueros 35') y Alcácer (Danjuma 64').
Árbitro: González Fuertes (asturiano). Amarilla a los locales Canales y Borja Iglesias, así como a los visitantes Chukwueze, Alberto Moreno y Capoue.
Goles: 0-1 (41') Pau Torres;
0-2 (83') Capoue.
Incidencias: Encuentro de la jornada 23ª de LaLiga, disputado en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla (al 75% de su capacidad por las restricciones sanitarias) ante 44.870 espectadores. Representantes del Zenit (próximo rival verdiblanco en la UEL), que está de pretemporada en el Algarve portugués, en el palco. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Frasco, ex futbolista verdiblanco en la década de los 70 del pasado siglo; José María Sarmiento, otrora directivo local en los 60; y Pascual González, autor del primer himno del Betis.