Víctor
Camarasa ha dado muy
buenas impresiones en estos cuatro primeros partidos de pretemporada, jugando a gran nivel después de pasar un año en el dique seco por una grave lesión de rodilla. El valenciano
se ha adueñado de una medular aún sin Guido Rodríguez y se ha confirmado como un mediocentro de lujo para Pellegrini por su gran sacrificio defensivo, su
despliegue físico y su orden táctico sin olvidar sus proyecciones en ataque.
Por todo ello, este sábado
saltaron todas las alarmas cuando el valenciano, que había entrado mediada la segunda mitad, se veía obligado a pedir el
cambio por culpa de unas inoportunas molestias musculares. De entrada, la sensaciones no fueron buenas. Había preocupación por el estado de un futbolista que se marchó
visiblemente contrariado en compañía de los físios del Betis y que, sin ningún lugar a dudas, no merece pasar de nuevo por el mal trago de la enfermería.
La lesión de Camarasa
hizo torcer el gesto a toda la expedición y emborronó un poco el ánimo después de recuperar el gol -tras dos partidos sin marcar- y volver a la senda de la victoria con el 2-3 frente al Leeds de Mauricio Bielsa y Junior Firpo. Pese a ello,
las primeras exploraciones médicas ya ofrecían un primer parte alentador, al descartarse una lesión de gravedad pero dentro del lógico contratiempo que supone para el centrocampista tener que parar ahora que estaba cogiendo ritmo y a sólo
dos semanas para que comience LaLiga.
El jugador agradeció por redes sociales las
innumerables muestras de apoyo que ha recibido y tranquilizó sobre su estado. "Gracias a todos los que os habéis preocupado. A falta de pruebas,
ha sido una pequeña molestia muscular,
nada que ver con la rodilla. Buena victoria del equipo, ¡seguimos!", manifestó Camarasa. El club ha asegurado que el jugador permanecerá en observación a la espera de
exploraciones más concretas para conocer el alcance exacto de la dolencia.