Borja Iglesias no se rinde, pero ni en sus peores sueños podía imaginar que le costaría tanto demostrar en el
Betis el consumado olfato goleador que llevó al club verdiblanco a pagar
28 millones de euros por sus servicios en el verano de 2019.
Sus números resultan cuanto menos sorprendentes: 23 goles en 43 partidos con el Zaragoza, otros 23 tantos en 46 encuentros con el Espanyol… y
tres pírricas dianas en 43 choques de verdiblanco.Tras la gris temporada pasada, el gallego tenía depositadas muchas esperanzas en el presente curso con la llegada de
Manuel Pellegrini. Pero lejos de volver por sus fueros, el delantero de Santiago de Compostela, que
trata con una psicóloga su falta de gol,
ha pasado a ser casi el tercer delantero del equipo, viéndose tanto él como Loren adelantados por
el retornado Sanabria, el preferido por el técnico chileno.El paraguayo, tras su cesión en el Genoa, lleva 531 minutos disputados y ha anotado dos goles en los dos últimos partidos, mientras que
Borja Iglesias suma 263’, sólo ha sido titular en tres partidos y aún no se ha estrenado esta campaña ante el arco rival. Menos aún ha jugado Loren (112’), pero el marbellí se reencontró con el gol ante el Barcelona y Borja, en cambio, no ha disputado ni un minuto en los dos últimos partidos.
Podría pensarse que el gallego tiene motivos de sobra para estar cabizbajo. Pero lejos de bajar los brazos,
asume su actual rol en el equipo con la esperanza de poder cambiarlo, sin renunciar a alcanzar los objetivos que se marcó cuando fichó por el Betis. Así lo ha dejado patente con un mensaje en las redes sociales que expresa su actitud ante esta negativa situación:
“La paciencia no es la espera pasiva. Es la aceptación activa del proceso necesario para obtener tus metas y sueños”. Por delante tiene dos semanas de parón para seguir trabajando y tratar de convencer a Pellegrini.