Haro y
Catalán no son mandamases al uso. Más allá de su juventud, al llegar al fútbol desde el mundo de la empresa, más tratándose de unos sectores muy vinculados a la innovación, se rigen por baremos pragmáticos, lógicos, difíciles de encajar en un universo como el futbolístico, donde prima la pasión. Queda hasta feo defender que haces negocio con el sentimiento de cientos de miles de personas, seguramente porque, aunque ganes en muchos aspectos (contactos, prestigio), perdiendo bastante dinero. O invirtiéndolo sin
contraprestación directa, mejor dicho, pues tanto el villaverdero como su mano derecha han gastado
varios millones de euros de su patrimonio personal en adquirir paquetes relevantes del accionariado de la sociedad.
Por esa razón, entienden su paso por
la planta noble del Villamarín como un ejercicio de responsabilidad. Acabar con la
deuda y con la
judicialización del club, aumentar su
patrimonio, estabilizar su balance de
gastos e ingresos, disparar la proyección de la
marca Betis y vincular la progresión institucional con la deportiva han sido los objetivos de
'Ahora, Betis, Ahora' desde su aterrizaje en el consejo de administración y la posterior conquista de la vara de mando.
Por ello, asumieron desde el principio
la necesidad de vender para crecer, una máxima que hizo grande al vecino. Y el éxito en el 'efecto llamada' es indiscutible. En parte porque todos los que llegaron sabían que a nadie se obligará a permanecer contra su voluntad mientras haya alguien dispuesto a pagar lo justo por ellos.
Bajo esta premisa, con
Serra Ferrer (todo sea dicho) como maestro de ceremonias, llegaron en la 17/18 nombres otrora impensables como los de
Tello,
Javi García,
Bartra y, en menor medida,
Boudebouz y
Camarasa. El curso siguiente, apuesta redoblada: arribaron
Lo Celso,
William Carvalho,
Canales,
Pau López,
Joel o
Sidnei. En la 19/20,
Fekir lo solapa todo, si bien la mayor inversión se la llevó
Borja Iglesias (28 kilos), resaltando igualmente las contrataciones de
Juanmi,
Pedraza,
Álex Moreno y, luego,
Guido Rodríguez, rendimiento aparte de todos ellos.
Estos rectores no tuvieron problema, como ya se ha dicho, para deshacerse en un apenas un año no ya de aquél con quien no se cuenta, sino de fijos que desean marcharse o que te van a terminar quitando al final... pero siempre por una cantidad justa. Así ocurrió con
Ceballos (16,5, por encima de su cláusula), más tarde con
Pezzella (1+10) y
Fabián (30, lo máximo posible, incluyendo los derechos de formación), y últimamente con
Pau López (23,5 millones, uno de ellos para el
Espanyol, del que arribó con la carta de libertad) y
Lo Celso (16 por su préstamo al
Tottenham, que pagó en enero otros 32 por quedárselo en propiedad, por un montante casi del doble de su coste).
Incluso, la no participación en competiciones europeas genera un contexto adecuado para explicar que, como poco, se escuchen ofertas por tus mejores activos, desprendiéndose de uno o dos de ellos. También se fue
Junior, por ejemplo; era el momento, el destino y la cantidad oportunos (18 fijos y 12 en variables). El verano que viene, a este paso, no será extraño que pregunten por
Canales,
Carvalho,
Loren y, por supuesto,
Fekir. El campeón del Mundo, de hecho, estaría en cualquier quiniela lógica para hacer caja, enjugar 'pérdidas' (o ingresos previstos que no vendrán) y equilibrar el
presupuesto, aunque,
según ha podido saber ESTADIO Deportivo, el interesado no está por la labor.
No ha habido una consulta propiamente dicha, si bien existen en la entidad profesionales encargados de llevar un seguimiento a los jugadores más importantes, especialmente aquéllos que llegan de fuera y que necesitan más respaldo y orientación. A través de ellos, es sencillo conocer cuáles son sus sensaciones y sus deseos. Y los del
campéon del Mundo, que coinciden con su familia,
distan mucho de forzar una salida.
De hecho, destacan
Fekir y su entorno la suerte que ha tenido el '8' por llegar a "una auténtica familia", valorando la confianza depositada en su calidad, el cariño que le brinda la afición a cada paso que da y el guiño para "crecer juntos" de un club con el que están "encantados". Sabía que el proyecto en el
Betis era a medio plazo, pues hay que sentar unas bases sólidas, sintiéndose, en parte, culpable del fiasco de no meterse, como poco, en
Europa League. Le gustaría resarcirse en la 20/21.
Por tanto, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos o necesidad perentoria de la entidad que entienda y secunde Fekir,
no se antoja probable que el mediapunta franco-argelino abandone la disciplina bética el próximo ejercicio. Es más, permitió que se le fijara una
cláusula de rescisión muy alta (90 millones de euros), cuando en
Lyon no tenía y, dado el precio de salida conseguido (19,75 kilos más otros 10 en bonus), podría haber pedido que se fijara otra más accesible para clubes pudientes de la
Premier.
Incluso, hasta tres propuestas que superan sus (ya de por sí altos) emolumentos actuales han sido desechadas por la familia del campeón del Mundo, que lleva sus derechos desde hace algo menos de un año. Una de ellas, 'top' también en lo deportivo, pues, pero todas mejorarían su sueldo y le brindarían la opción de jugar competiciones europeas, ésta le garantizaría la
Champions y un club que lucha en su
Liga por el título siempre.