"No me había dado cuenta de lo bueno que es D-White... Siempre toma la decisión correcta, y ese es el compañero perfecto que deseas", señalaba hace apenas tres días Kristaps Porzingis en referencia a su compañero de equipo Derrick White. No es al primero que ensalza. En unos Celtics plagados de estrellas, en los que Jayson Tatum sobresale y hay otros nombres como el propio White o como Jaylen Brown, además de los Sam Hauser, Jrue Holiday, Al Horford... el ex del Betis está alcanzando su mejor versión.
Ni partía ni es la estrella del hasta ahora mejor equipo de la NBA, a principios de temporada se le trasladó -vía Tatum- que todos tendrían que rebajar su ego en beneficio del equipo y que, en su caso, podría tener un rol 'secundario' con respecto a algunos de sus compañeros. Sin embargo, en una de sus mejores temporadas, Porzingis acumula más de 30 minutos por partido, 20,3 puntos y 7,1 rebotes; y está resultando una pieza clave en el engranaje del mejor equipo del campeonato.
Tal vez porque su mentalidad es europea y en ella prima el colectivo a lo individual, el ala-pívot letón está encantado en el equipo de Massachusetts. Como dijo de White, está feliz de que otros destaquen y él prioriza ganar y pensar en títulos antes que sobresalir con sus estadísticas personales.
Sin embargo, es ahí, ahora que la presión recae sobre otros cuando ofrece su mejor versión. La pasada madrugada fue clave en la remontada de los Celtics ante los sorprendentes Pistons. El equipo de Detroit, que llegaba con la peor racha histórica de la NBA en una temporada tras sus 27 derrotas consecutivas, llegó a ir ganando por 21 puntos de diferencia en el Garden, se fue 47-66 al descanso y vio cómo le igualaban en el tramo final y les derrotaban en la prórroga (128-122).
En ello tuvo mucha culpa un Porzingis que fue esta vez el mejor de los Celtis. El ex del Betis firmó 35 puntos y cogió 8 rebotes, y lideró un equipo en el que sus compañeros Jayson Tatum (31 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias) y Derrick White (23 puntos) estuvieron a su nivel habitual. Precisamente, el aclamado White, con 10 puntos, y Porzingis, con 6 más, decantaron la prórroga para el conjunto del Garden.
"El partido fue un pequeño ejemplo de que cuando eres bueno es fácil volverse complaciente”, señala el ex de la ACB, quien incidía en lo que habían errado ante los Pistons. “Quizás eso nos pasó en la primera mitad después de mucho tiempo fuera de casa, diferente zona horaria, todas esas excusas podemos encontrar...”, añade Kristaps Porzingis, que 'culpa' al público del Garden como clave en la remontada. "La afición, esta noche, fue increíble. Me encantó el contraste, la atmósfera desde la primera a la segunda mitad, y creo que lo mejor es que no se trata tanto de que acertemos los tiros, sino de que juguemos duro. Eso es lo que los aficionados aprecian. Fue genial verlo”, afirma el letón, que venía de hacer un doble doble (28 puntos y 11 rebotes) en la victoria ante los Lakers y que está brillando como nunca en la NBA. Y ganando.