Los Denver Nuggets no estaban muertos, estaban de parranda. O eso han demostrado en el tercer partido de su serie ante los Minnesota Timberwolves, ya que después de perder sus dos partidos en casa de forma incontestable, han llegado al Target Center y han conseguido tomarlo con una exhibición coral que les ha permitido ganar por 27 puntos a unos Wolves que no han podido en ningún momento plantear la defensa que les dio los dos triunfos en Denver. No han necesitado si quiera que el recién nombrado MVP, Nikola Jokic o su lugarteniente más fiable Jamal Murray estuvieran a un nivel estelar, y con un juego muy de equipo han conseguido el 90 a 117 que les permite soñar con darle la vuelta a la eliminatoria.
Los Nuggets hoy sí han sacado sus galones de campeones y han arrollado a los lobos para recortar distancias y seguir soñando con defender el anillo. Tras días turbulentos por las dos derrotas sufridas como locales y las polémicas por el gesto de Jamal Murray, quien lanzó una toalla y una almohadilla térmica a la pista en el segundo partido, los Nuggets respondieron con una extraordinaria actuación a domicilio. Lo hicieron en el primer partido de Nikola Jokic como triple MVP de la NBA, que lo celebró firmando 24 puntos, 14 rebotes y 9 asistencias, y tuvo la ayuda de un Murray que se desquitó de la multa de 100.000 dólares con 24 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias con 11 de 21 en tiros de campo. Ambos tuvieron la ayuda de Michael Porter Jr, que aportó 21 y cuatro triples.
Precisamente los lanzamientos de tres fueron la clave, con casi un 50 % de acierto de los Nuggets, que completaron con un 58 % en tiros de campo para dar un golpe en la mesa ante los Wolves, terceros cabezas de serie, que esta vez fueron superados por completo, tanto que su mejor anotador fue Anthony Edwards con tan solo 19 puntos, mientras Karl Anthony Towns no pudo pasar de catorce puntos y cinco rebotes, y francés Rudy Gobert, mejor defensa de la temporada y que volvía tras ser padre, se quedó en seis puntos y cuatro rebotes.
Y es que dominaron de principio a fin los Nuggets, que tomaron una tempranera ventaja de veinte puntos con un 45-25 en el segundo período y que se fueron al descanso con quince de margen. Jamal Murray, abucheado por el público de Minnesota, anotaba a placer y ya había sumado ocho puntos en el primer cuarto y diez en el segundo para dejar tocados a los de Minny, en los que Towns dio la cara con doce puntos fruto de un perfecto cuatro de cuatro desde el arco, pero no fue suficiente, porque los Nuggets no dejaron de pisar el acelerador e incrementaron su ventaja en el tercer período, sentenciando el partido, hasta el punto de que en los últimos 12 minutos la pista se llenó de suplentes, pensando en el cuarto partido, que se disputará este domingo, de nuevo en el Target Center de Minneapolis.