Estas cosas suelen pasar en la NBA y en cualquier competición del mundo, pero no con LeBron James como protagonista. El Rey, tras 22 años en la Liga, nos tiene acostumbrados a la excelencia, a resolver las situaciones a su favor con tanta elegancia como pasión. Esa era la realidad hasta anoche, cuando todo saltó por los aires en el United Center; sí, la cancha en la Michael Jordan flotaba como una pluma (Toke King).
En cancha de los Bulls, cuando los Lakers ya saboreaban el triunfo con cinco puntos de ventaja a 12 segundos del final, llegó el desastre que hundió a LeBron. Los de oro y púrpura recibieron un triple y seguidamente, y sin que nadie aún le encuentre explicación, era el propio James quien regalaba el balón en el saque de fondo para que los locales se pusiesen por delante con otro lanzamiento de tres puntos. Y aún hubo más drama, ya que pese a que los californianos se repusieron, una nueva defensa laxa del quizás mejor de todos los tiempos 'ayudó' a un triple milagroso de Josh Giddey.
Con tales hechos registrados en vídeo, no extraña que el propio LeBron entonase el mea culpa tras concluir con solo 17 puntos (8 de 20 en tiros de campo) y cometer hasta 4 pérdidas, la mayor cantidad del equipo. "Tuve una pérdida terrible", comenta sobre la mencionada jugada.
Pese a que todos achacan la derrota y ese balón que se escapó al Rey, sus compañeros no dudan a la hora de arroparlo, tal y como hace un Austin Reaves que incluso intenta compartir la culpa con el '23' de Lakers. "Creo que la falta de comunicación pudo ser producto de intentar mantener a raya a su defensor en lugar de lanzarme a por el balón. Asumo la misma responsabilidad que él, estoy seguro de ello. Espero que hablemos y lo solucionemos para que la próxima vez no vuelva a ocurrir", comenta el escolta.
Quien se muestra menos comprensivo es un Giddey –autor de la canasta ganadora– que concluyó con un triple-doble de 25 puntos, 14 rebotes y 11 asistencias y que no duda a la hora de subrayar lo fácil que le fue 'quitarle' el balón a LeBron. "Simplemente lo botó ahí. Me sorprendió lo fácil que pude atraparlo".
Más allá de lo ocurrido en un par de jugadas puntuales, la realidad es que los Lakers están viviendo una auténtica debacle defensiva desde hace varios partidos; tanto es así que anoche se llevaron hasta 44 puntos en el último cuarto... Con tales prestaciones no sorprende que hayan perdido ocho de sus últimos doce encuentros. LeBron tiene claro que no es el camino. "Encajar 44 puntos, sin importar cuántos puntos anotes, no es un buen ingrediente para el éxito. Hay otro partido en dos días, en menos de dos días. Así es la NBA. No puedes llegar a un partido el sábado pensando en lo que pasó el jueves", avisa.