El
Sevilla FC ha
despedido a Joris Gnagnon por "falta de profesionalidad", tal y como ha avanzado
Diario de Sevilla. Su
indisciplina a la hora de mantenerse en un estado físico idóneo para la práctica profesional del fútbol ha sido la razón esgrimida por la entidad de Nervión para llevar a cabo la rescisión de manera unilateral del zaguero francés.
Más de tres años ha pertenecido el central galo a la disciplina sevillista. Un largo periodo en el que su aportación se reduce a 17 partidos oficiales, poco más de 1.200 minutos disputados, y un sinfín de impedimentos propios y ajenos para encontrarle una salida digna con la que recuperar parte de lo invertido o con la que que seguir perdiendo dinero con su figura. Unos detalles sobre el despido de Gnagnon que ESTADIO Deportivo ha podido conocer y que ahora desvela.
Tras un primer curso en el que ya evidenció muchas dudas por su físico a pesar de cuajar algún partido destacado, al año siguiente volvió al Rennes en préstamo, donde su actuación se vio frenada por una pandemia que le obligó a dejar de competir en marzo, puesto que el fútbol no volvió en Francia tras el confinamiento. Meses de encierro y de una preparación por su cuenta en casa que brilló por su ausencia, volviendo meses después a Nervión. Lopetegui quería verlo, pero rápidamente se dio cuenta que no estaba a la altura de la exigencia que exige el Sevilla FC. De ahí que se le buscara una salida que el club de Nervión no consiguió, llevándose el curso pasado prácticamente en blanco.
Este verano, más de lo mismo: imposible colocarlo. Su trayectoria, lógicamente, no ayudaba a ello. Pero tampoco ha destacado Gnagnon por su proactividad a la hora de encontrar un nuevo destino en el que intentar relanzar su carrera. Todo lo contrario, habiendo generado más problemas e inconvenientes para ello que otra cosa. Y es que con dos años de contrato aún por delante, aferrarse a lo firmado se antojaba mucho más rentable... en lo económico. Puesto que en lo deportivo hace tiempo que tiró su carrera.
Por un lado,
las dificultades encontradas por parte de él y su representante, quien ha mostrado tan poca preocupación por el caso de su representado como el propio Gnagnon en su futuro deportivo. Múltiples
llamadas sin responder y un sinfín de inconvenientes a lo largo del verano
para cuadrar una reunión que se acabó dando la semana pasada, más concretamente el lunes, con
el mercado ya cerrado en Europa pero con varias ligas exóticas aún abiertas. Todo ello, después de que fueran
muchos los intermediarios que hayan intentado ponerse en contacto con agente y futbolista en los últimos meses, siempre sin fortuna.
Muchos, ante tal situación, intentaron hacerlo a través del Sevilla FC, convencidos de que sería posible hacerle llegar algunas ofertas. La respuesta de Monchi y de la dirección deportiva sevillista siempre fue la misma: 'perder el menos dinero posible con él'. Y ante la imposibilidad de una venta, se ha trabajado sin suerte en posibles cesiones que se hagan cargo de su ficha, de 1'4 millones de euros netos por curso.
La última, estos mismos días, de México. Un destino que Gnagnon no ve con malos ojos, aunque su estado físico y su situación actual lo complica. Y es que la rescisión no ha sido de mutuo acuerdo, como era de esperar, por lo que tanto el zaguero como su entorno, presumiblemente, apurarán todas las opciones legales que tengan a su mano. Que te despidan por ser poco profesional a los 24 años te deja en una situación complicada a la hora de buscar un nuevo equipo; al menos a la hora de buscarlo intentando mantener el caché económico que tenías firmado. Es decir, prácticamente imposible.
Por eso, el Sevilla FC ha puesto el caso en manos de un gabinete jurídico con el que se ha analizado todo al detalle, argumentando la decisión de manera detallada. Pruebas no le faltan. Como el control exhaustivo del peso al que venía siendo sometido el futbolista, los entrenamientos específicos y la dieta facilitada en casa por un dietista del club. Es decir, Gnagnon sabía qué y cuándo tenía que comer en cada momento para corregir su problema de peso. No sólo lo sabía, sino que también se lo hacían llegar ya preparado.
Una dieta que, visto lo visto, no seguía. Y es que cuentan en los mentideros (hasta en los mejores barrios hay vecinos cotillas) que era todo un habitual de la comida a domicilio.
En definitiva, una noticia esperada. Un adiós de un futbolista que llegó de la mano de Joaquín Caparrós como director deportivo a cambio de algo más de 13 millones de euros y que acabó resultando rápidamente un fiasco. Y no porque le falten condiciones, sino por su falta de profesionalidad. Un aspecto al que ha alegado el Sevilla FC a la hora de darle la mejor solución posible. Ahora habrá que esperar a conocer cómo actúa Gnagnon al respecto.