Carlos Alcaraz se estrena esta tarde en el Six Kings Slam contra Holger Rune, en el segundo partido del evento, ya que apenas unas horas antes lo estrenarán Jannik Sinner y Daniil Medvedev; sin embargo, todos ellos tienen un problema muy importante, y es que el lugar del torneo, el impresionante pabellón The Venue, en Riad, está a medio construir y tras varios retrasos en las obras, aún siguen activas y puede ser un factor de cara a que el éxito sea total. Las entradas sin terminar, los accesos al lugar imposibles, y un sinfín de problemas que ponen en jaque la celebración del evento.
La única buena noticia es que la pista dura está bien y el interior del complejo es practicable y sus 8000 asientos con gradas extraíbles están listos para acoger público. De hecho, tan solo necesitaron tres días para tenerla en óptimo estado para recibir a seis de los mejores tenistas del mundo. Pero con todo lo de alrededor, la imagen que van a dar desde Arabia Saudí no es del todo buena. Aunque a su favor tienen que esta es solo la presentación y para la celebración de la inauguración aún quedan casi dos semanas, pues está prevista para el 28 de octubre.
La inversión saudí en el deporte es una constante de los últimos años. Ya han conquistado el golf, el fútbol y han dado pasos en muchos otros, pero ahora tienen marcado su interés por el tenis, ya no solo por este evento que a lograrlo reunir a lo más granado del circuito a base de poner millones sobre la mesa, si no de forma más estructural. De hecho, son los patrocinadores oficiales de la ATP y organiza torneos importantes, como las ATP NextGen Finals, que tienen lugar en Yeda y desde este 2024 las WTA Finals, que se disputarán del 2 al 9 de noviembre, precisamente en Riad, en el mismo complejo que van a estrenar esta semana los chicos.
Sin embargo, la mayor aspiración que tienen en el país del Golfo Pérsico es llevar a cabo un Masters 1000, algo que va a acabar sucediendo más pronto que tarde, y de cara a 2026 o 2027 es posible que ya esté. Incluso se habla ya de posibles fechas, como por ejemplo en enero, antes del Open de Australia, algo que chocaría directamente con los intereses del primer grande del año. En todo caso, este sueño saudí llega en un momento donde las raquetas más importantes están en plena lucha por hacer más cortos los calendarios, pero con dinero, no hay nada imposible.