Francisco Salas5 min lecturaEl peor día de Carlos Alcaraz en mucho tiempo le ha costado salir a las primera de cambio en Miami. La superficie de la pista, rapidísima; y un David Goffin muy cómodo en pista, recordando a sus mejores años, han sido los culpables de que su camino en el segundo Masters 1000 del año se acabe a las primeras de cambio. La derecha del murciano, su mejor golpe, no ha estado presente en ningún momento, al igual que el saque, con muchas dudas y siendo incapaz de hacerle daño a su rival. Incluso las dejadas, seña de identidad, no han servido, y al final todo ha acabado de la peor manera posible.
No tenía ni mucho menos una piedra de toque cómoda Carlos, pues el belga es un jugador de esos que se agarra a la pista y a poco que tenga un día en el que se sienta cómodo alarga los puntos hasta el infinito y pide siempre un golpe más. De hecho ya de primeras le ha costado cerrar los primeros juegos, y al resto no era capaz de hacer daño. Una tónica que se ha mantenido durante todo el partido y ha terminado por ser definitiva.
El primer golpe ha corrido a cargo del belga, que en el séptimo juego, cuando servía un Carlos que no terminaba de sentirse bien, jugando con mucho segundo saque y especialmente con la derecha, fallando muchas y sin poder marcar su ritmo. Otro síntoma de su incomodidad eran las dejadas, pues todas las que intentó o se quedaron en la red o se convertían en caramelos para su rival. No obstante, verse un break abajo le dio alas y lo recuperó al instante. A partir de ahí se mantuvo la igualdad, hasta que con 6-5 volvió a quebrar para cerrar el parcial y encaminarse al triunfo.
El murciano se las prometía muy felices tras llevarse el parcial pese a haber estado muy irregular, sin embargo, el chollo se le ha acabado en el segundo parcial. El nivel de su derecha estaba siendo muy bajo y así es complicado, más aún contra un rival que lo devuelve todo. Mucha precipitación, dudas y errores varios, los que han terminado por dar lugar a lo inevitable. Exactamente ha llegado en el noveno juego, cuando Alcaraz ha perdido un saque y no ha podido recuperarlo, permitiendo a Goffin cerrar el set y llevar el partido al tercero por 6-4.
Y en el definitivo esa tendencia negativa de Alcaraz se ha multiplicado y de primeras ha empezado mal, muy mal, perdiendo el saque, un golpe que ha terminado por ser definitorio para el partido. De hecho, Goffin ha tenido una bola para conseguir el segundo 'break' y poner un 0-3 que hubiera acabado con todo antes, pero no ha sido capaz. Esto ha dado vida al murciano, pero ni con esas.
Este tercer set ha sido una clara muestra de lo que ha sido el duelo, con el belga jugando casi perfecto, metiéndolo todo y asegurando los saques sin sufrir, mientras el número 3 del mundo no era capaz de generar peligro con el saque y cada vez que trataba de acelerar fallaba. Al final, en el noveno juego Carlos ha vuelto a perder su saque, diciendo adiós a un torneo que no está hecho para él, y sobre todo, pagando una de sus peores noche con la derecha. La velocidad de la pista, digna de las ATP Finals o París-Bercy ha sido demasiado para él, y a partir de ahora ya tendrá que centrarse en la tierra batida.