Paula Badosa fue eliminada este lunes en octavos de final del Mutua Madrid Open, víctima de sus dudas y del gran tenis de la griega Maria Sakkari, que se impuso por 6-4 y 6-4 en 88 minutos y que se mostró inabordable con su servicio.
La tenista nacida Nueva York mejora su participación del año pasado, cuando llegó a la Caja Mágica como número dos del mundo y sólo ganó un partido, pero se queda lejos de su mejor actuación, las semifinales de 2021.
Tras la eliminación, Badosa buscó el lado positivo de la experiencia vivida en Madrid esta temporada, y valoró los buenos partidos realizados y las sensaciones positivas porque intenta ser "lo menos autodestructiva posible".
"Quiero volver donde estaba. Estar entre las mejores porque siento que pertenezco a ese nivel. Tengo que recuperar muchas cosas porque ha sido un año complicado. Intentar ser lo menos autodestructiva posible", dijo la neoyorquina.
Sobre el partido, Badosa explico que "ella ha jugado sólida, ha jugado muy bien, ha sacado muy bien y no me he sentido con las mejores sensaciones y con una 'top ten' si no estás con unos mínimos altos es difícil... Hacía algo de viento, hay bolas que entran un día y otros no. Inconscientemente, quería apurar más y no suelo fallar tanto, normalmente".
A pesar de la derrota, Badosa se marcha de Madrid con sensaciones positivas hacia el torneo de Roma y Roland Garros, sus próximos retos. "Me voy bien. Estoy en un proceso, llevo un mes desde que inicio la gira de tierra muy bien, disfruto en la pista y eso es valioso. Me voy con buenos partidos, con buenas sensaciones, buen partido contra Coco Gauff, la semana pasada igual, fastidiada del partido de hoy y me queda solo mirar Roma y París".
Por último, cuestionada sobre su situación a nivel mental, lo que otras veces le ha jugado una mala pasada, Badosa afirmó estar "bien, compitiendo y luchando, tenísticamente estoy haciendo cambios y por eso a veces me descontrolo un poco más. Iré en esa línea de momento".
"Estoy fastidiada pero aprendiendo a gestionarlo. Me venía abajo rápidamente y dejo de creer en mí. Desde hace un año estaba sufriendo eso y poco a poco intento ver las cosas desde la distancia. Intento no cambiar mucho los pensamientos porque cada semana pierdes y si te quedas solo con eso al final sería un sin vivir", concluyó.