El Sevilla FC-Real Madrid era el duelo estrella de la jornada 32 en LaLiga y no defraudó en ese sentido. No le faltó de nada. Goles, polémica, emoción... No dejó a nadie indiferente. Los sevillistas y rivales de los merengues en una cada más descafeinada lucha por el campeonato vibraban con una primera parte portentosa del equipo de Julen Lopetegui, que en la segunda parte sucumbió ante el empuje de los pupilos de Carlo Ancelotti. Mejor el vasco en su planteamiento inicial, con más recursos el italiano para cambiar el partido desde el banquillo con acierto en sus cambios y una pegada letal en la segunda parte.
Rodrygo, Nacho y Benzema voltearon un marcador encarrilado por medio de Rakitic y Lamela, frustrando el intento de Lopetegui de vencer por fin al Real Madrid. Además, empezó celebrando la vuelta a la titularidad de Marcos Acuña y el regreso a una lista de Delaney, recuperados, pero pierde a
Martial, que se lesionó en el tramo final de la primera parte tras una entrada por detrás de Camavinga, que ya estaba amonestado y debió ser expulsado.
Fue la principal polémica pero no la única, ya que el Real Madrid reclamó unas
manos de Diego Carlos al inicio del choque, aún con 0-0, que la lógica invita a pensar que es involuntaria y no debió ser penalti; pero visto lo visto en otros campos... hizo temblar a más de uno. También se enfadó el líder con un
gol anulado a Vinícius en un control que, por lo visto en televisión, da la sensación de que lo hace con el hombro.
Las cámaras del VAR debieron mostrar otra cosa, porque el que iba a ser el 2-2 no subió al marcador y, cuando lo hizo, por medio de
Nacho, el Sevilla FC reclamó una falta en el inicio de la acción.
Darán que hablar todas estas acciones.
.