Daniel Carriço, que hace unas semanas se despidió del Sevilla al ser traspasado al
Wuham Zall chino, se encuentra
en Lisboa a la espera de que le concedan
el visado para viajar y unirse a su nuevo equipo, aunque antes
tendrá que pasar una cuarentena de dos semanas en el país asiático.
El central luso explicó este lunes a los medios oficiales del club hispalense su situación y relató que no tenía el visado y que
tuvo que ir "de urgencia a Lisboa a sacarlo", aunque aún no se lo han dado.
"Al final hay una preocupación general y nadie sabe lo que va a pasar,
si algún ser querido puede estar infectado, todos queremos estar cerca de la familia en esta situación", dijo el que fue uno de los capitanes de la plantilla sevillista en relación a la crisis sanitaria por el coronavirus, que se originó precisamente en la ciudad de la que es su actual club.
"Mi equipo viajó hace dos semanas a Shenzhen, cerca de Hong Kong, porque
no han podido ir directamente a Wuhan. Estaban confinados en un hotel porque
todo el que venga de otra parte del mundo tiene que estar dos semanas encerrado en una habitación de hotel que proporciona el gobierno", explicó.
Carriço añadió que, cuando finalice los trámites para ir a China, tendrá que pasar por ese periodo de cuarentena para luego entrenarse con sus compañeros de un equipo que dirige el técnico español
José González.
"No hay fecha para el inicio de la liga, se habla de principios de mayo, pero
tienen mucho miedo con los casos de Europa. Casi han cerrado el país por miedo a que el virus vuelva a evolucionar y así evitar que haya más casos", subrayó.
El central recordó su precipitada salida del club andaluz antes de concluir la temporada y dijo que fue "una decisión complicada, primero por salir del Sevilla", en el que
se sentía "muy a gusto" y al que considera el equipo de su "corazón".
"Cuando salió el interés del Wuhan fue cuando se empezó a hablar del tema del virus. No había mucha información y había dudas sobre lo que pasaba. Hablando con el cuerpo técnico y la directiva me garantizaron que entrenaríamos en España y después de lo que pasó aquí, ellos ya tenían ganas de volver. Han estado aquí casi dos meses y querían ver a sus familias", afirmó.
También se refirió a la situación por la que atraviesa su país y comentó que "en Portugal ha empezado todo más tarde,
se ha podido aprender de países como Italia y España. Por eso han empezado el estado de alarma antes que allí".
"No nos obligan a estar en casa, pero la gente tiene miedo y se queda. Aunque no haya policía ni veas al ejército, sabes que ir a la calle es solo para una obligación. Hay que cumplir para que esto se solucione pronto", destacó.
Carriço mandó "
un abrazo y un mensaje de ánimo en este momento difícil" en el que la población está confinada en sus domicilios y solicitó "a la gente que se mantengan tranquilos e intenten hacer algo de deporte para cuidar la salud y estar preparados".
"
Todo terminará dentro de nada y volveremos a la normalidad para que regrese el fútbol", sentenció.