En el área se había infiltrado un futbolista de negro entre camisetas blancas y naranjas. Fuera de su hábitat natural, pero preparado para firmar uno de esos momentos que simboliza la gloria alcanzada por el
Sevilla. Cabeceó como si fuera un delantero. Con sus guantes puestos. Rematando con el corazón. Quizás con los ojos cerrados. Sin saber muy bien después cómo celebrarlo por la ausencia de costumbre en pleno delirio de los sevillistas.
Gol de Palop.
Gol de Palop. Gritaban en los medios. Un instante mágico en la historia nervionense, clave para seguir fraguando la leyenda del club en la
UEFA.
Su tanto forzó la prórroga y
Chevantón brindó la clasificación con un tanto que, por la épica del de su compañero, quedó relegado a un segundo plano en las retinas blanquirrojas. Ocurrió en la temporada 2006/2007, en el camino hacia el segundo título europeo, en circunstancias muy similares a las que rodean a la visita del jueves del
Sevilla a
Praga. Porque se trata de la misma competición, porque entonces también era en octavos de final, porque se jugó casi en la misma fecha -se disputó el 15 de marzo y el de
Praga será el 14- y porque viajó con el mismo resultado que hace 12 años, el
2-2 firmado en el
Sánchez-Pizjuán.
El rival de aquella ocasión era bastante más duro sobre el papel que el
Slavia, si bien el
Sevilla de
Juande Ramos ofrecía más garantías que el de ahora. Sea como fuere, el precedente histórico no puede ser más simbólico y motivador, porque aquel día, junto a otros pasajes clave como el tanto de
Puerta o el de
M'Bia, modelaron el mito del pentacampeón de la
Europa League.
Más allá de aquel capítulo heroico e insólito, el
Sevilla ha logrado el pase en tres ocasiones más cuando ha afrontado la vuelta de la eliminatoria después de empatar en la 'Bombonera'. Así, la temporada pasada, en los octavos de la
Champions, los sevillistas empataron a cero frente al
Manchester United y lograron la clasificación al vencer en
Old Trafford (1-2).
Las otras dos veces en las que el
Sevilla salió airoso también arrastraba una igualada sin goles de la ida: contra el
PAOK en la 90/91, cuando se impuso en Salónica en la tanda de penaltis; y ante al
Mainz 05 en la previa de la edición 05/06, resuelta con un doblete de
Kanouté (0-2). En lo negativo cayó con el
Parma en la 04/05, con el
Sporting Clube en la 83/84, y con el
Barça en la 95/96, si bien lo que resuena a día de hoy son los ecos del eterno gol de
Palop. Pura inspiración para conquistar Praga.