Mikel Landa llegaba a la Vuelta a España 2024 con el objetivo de ganarla; luego, con el paso de las etapas y viendo que esa opción era difícil mientras Roglic estuviera a ese nivel, se marcó como objetivo el podio; pero tras perder incluso el Top-5 después del descalabro en el Alto de Herrera (Etapa 18), aseguró salir satisfecho con el octavo lugar en el que finalizó en Madrid.
Y lo justificó. Según él, en ningún momento se vio con el nivel que ofreció en el Tour de Francia, donde acabó en quinta posición. De ahí su satisfacción. "No tenía las piernas del Tour de Francia y el calor hizo de la Vuelta una prueba extremadamente difícil, especialmente durante lo que fue una primera semana bastante agotadora, pero di lo mejor de mí cada vez y luché duro, así que al final del día estoy contento de ser octavo en Madrid", afirmaba el ciclista del T-Rex Soudal Quick-Step.
“Creo que hemos hecho una buena Vuelta. Tuve un mal día al final, pero el equipo ha trabajado duro, ha demostrado mucho compromiso y determinación, y las sensaciones generales han sido estupendas durante estas tres semanas. Puedo estar contento con mi resultado final en la clasificación general", reiteraba Mikel Landa.
La satisfacción, en Madrid, pese a su octavo puesto y a la sexta plaza por equipos contrastaba con todo lo vivido los tres días anteriores. Primero, el enfado del propio Landa cuando se quedó solo en el transcurso de la decimooctava etapa; segundo, las críticas de su director; y tercero, la sentencia del 'jefe supremo', Patrick Lefevere, quien cargaba contra la gestión que habían hecho en la etapa, pero también contra la UCI.
Las aguas parecían haber vuelto a su cauce, pero el enfado tras lo vivido en la etapa vasca creó una crisis dentro del equipo. Iljo Keisse, director deportivo del Soudal Quick-Step, repartió culpas y también señaló a Landa. "Al final, si Mikel hubiera tenido las piernas de otros días, habría estado con los Carapaz, Rodríguez, O'Connor y compañía, pero no ha podido. Ha tenido un mal día, ha estado solo y en el grupo de favoritos todo ha ido a la perfección", se defendía el belga.
Más duro fue Patrick Lefevere a la hora de analizar lo sucedido en su columna semanal en el Het Nieuwsblad. "Mattia -Cattaneo- tuvo la oportunidad de ganar la etapa en cabeza, pero le dijeron que esperara. Estuvo literalmente quieto durante ocho minutos y se podría haber fumado dos cigarrillos, por así decirlo. Todo para llegar finalmente a Landa en un momento en el que ya no se podía arreglar nada. (...) He visto como las cosas tácticamente salieron completamente mal para nuestro equipo", afirma el manager del T-Rex, quien al final, exculpó a su ciclista, a Iljo Keisse y culpó a la UCI de no permitir la tecnología. "Quieren que nuestros jefes de equipo naveguen a ciegas", reflejó.