No ha sido ninguna sorpresa, pero la victoria de Tadej Pogacar ha vuelto a ser impresionante. El esloveno conquista el maillot arcoíris y se proclama campeón del mundo por las calles de Zúrich. Partía como favorito y no ha decepcionado, y ha vuelto a demostrar por qué es uno de los mejores ciclistas, sellando una temporada perfecta.
Tadej Pogacar ha vuelto a deslumbrar al mundo del ciclismo. Llegaba a esta gran cita como el favorito para llevarse el título, especialmente tras su victoria en el Gran Prix de Montreal, una opinión que le ponía sobre los hombros esa presión de más. Pero el esloveno la ha utilizado para sacar todas sus fuerzas y volver a firmar una victoria impresionante.
El ganador del Tour de Francia y del Giro de Italia esta temporada aún quería demostrar que tiene fuelle de sobra, y lo ha hecho como un kamikaze, lanzando un ataque que dejó a sus rivales sorprendidos. A 100 kilómetros de la meta el esloveno decidió que era hora de imponerse en el pelotón y la jugada tan arriesgada le salió bien.
Superó a otros de los grandes de esta carrera, Van der Poel y Evenepoel, que decidieron ni luchar contra él. Mientras tanto, el esloveno seguía con paso firme y decidido en busca de liderar la prueba, muy bien acompañado por Jan Tratnik que ha sido su gran aliado. A falta de 89 kilómetros ya era líder en solitario y ha cruzado la meta como un auténtico héroe.
De esta forma, Tadej Pogacar iguala una gesta que sólo habían conseguido Eddy Merckx y Stephen Roche al ganar el Tour, el Giro y el Mundial en una misma temporada. Mientras que en el podio le han acompañado O'Connor y Van der Poel.
Las noticias para España no han sido positivas. Al igual que en la Vuelta a España, Enric Mas ha sido el gran líder nacional, finalizando la clasificación en el octavo puesto. Sin embargo, había otros grandes candidatos a ocupar los primeros puestos de la tabla como Mikel Landa. Pero el vasco ha tenido que abandonar debido a sus problemas físicos. Al igual que ha ocurrido con Pello Bilbao, que tuvo que poner fin a su participación después de una dura caída.