Se esperaba un día grande para el mundo del ciclismo con una clásica histórica. Y, en especial, para un Movistar Team que había sacado toda su artillería para afrontar en tierras italianas los Tres Valles Varesinos. El equipo que lidera Eusebio Unzué ponía sobre la carretera a su líder, Enric Mas, y a sus mejores hombres, Nairo Quintana, Einer Rubio, Pelayo Sánchez... para tratar de seguir sumando puntos en este final de temporada que le hagan llegar más desahogado si cabe a un 2025 clave.
No podrá hacerlo. Ya se preveía complicado al inicio de la prueba, en Busto Arsizio, viendo el panorama meteorológico que se presentaba y que ha ido a peor. La organización de la clásifca italiana trató de recortar dos de las vueltas al circuito -32 kilómetros menos- y los dejó en 168. Pero, cuando se llevaban recorridos poco más de un tercio de la carrera, tuvo que asumir que no podría acabarse y la suspendió definitivamente.
Lo hizo con Enric Mas dejándose ver, ya que estaba metido en la escapada de seis corredores que amenazaba con quitarle un nuevo triunfo a Tadej Pogacar y romper su hegemonía. El ciclista balear, tras la vuelta a España, se está dejando ver mucho, como ya hizo con su octavo puesto en el Mundial de Zúrich hace diez días o el octavo puesto, otra vez, en el Giro dell’Emilia.
“En la salida neutralizada, ya había siete pinchazos y un par de ruedas rotas. Intentamos correr, pero en la bajada de la última vuelta que hicimos yo estaba en segunda posición detrás de Covi, y no veíamos hacia dónde íbamos. Todo el mundo quería parar. Era cuestión de esperar en qué vuelta alguien se iba a caer. Esos son los peores accidentes, los que tienes cuando pierdes el manillar. Conozco a muchos amigos del pelotón que han sufrido conmociones cerebrales este año. Es algo con lo que tenemos que tener más cuidado en el pelotón", aseguraba el propio Tadej Pogacar, en declaraciones a Cyclingpro, nada más confirmarse la suspensión de la carrera.
El campeón del mundo dejaba claro que no se podía correr. "Entendemos que los organizadores quieran una carrera, pero al final los corredores tomamos la decisión correcta. Estamos tristes, pero es así. Afortunadamente, todos fueron razonables. Había lágrimas en los ojos del jefe de la carrera. Esta carrera significa mucho para ellos, pero cuando no puedes competir, no puedes. Lo entendieron de inmediato. Estoy muy agradecido por eso”.
Aún quedan dos opciones esta semana para cerrar un gran año, las dos últimas oportunidades de dejarse ver: el Gran Piemonte este jueves y, el sábado, Il Lombardía. En esta última estará presente el equipo español con toda su artillería de nuevo.