Si Carolina Marín era ya famosa en el mundo entero antes de caer lesionada en los Juegos Olímpicos de París 2024, ahora lo es mucho más. La onubense no ha parado desde entonces en recibir todo tipo de homenajes y premios, como el Princesa de Asturias de los Deportes.
Y, por si fuera poco, ha estrenado su propio documental, 'La lucha infinita'. Un reportaje que ya está la dando la vuelta al mundo, porque en él se conoce su lado más humano y algunos de sus secretos más íntimos.
Y uno de los aspectos que más ha llamado la atención ha sido su morfología. Cuestionada por si era verdad que tenía un 90% de lo que puede tener un hombre sano y de si era comparable su caso con el de la boxeadora Imane Khelif, la andaluza responde son sinceridad: "Yo creo que estamos hablando de un caso totalmente diferente, no me gustaría comparar. Pero yo creo que es un caso muy delicado del que hablar. Sí es cierto que en mí se han estudiado muchas cosas y, por ejemplo, cuando me operé de la última rodilla, para el ligamento cruzado me cogieron mis rotulianos, y me dijeron que morfológicamente mi rotuliano estaba como el de un hombre. O sea, que yo creo que eso al final no significa que yo sea un hombre ni mucho menos, porque soy totalmente mujer y lo llevo en el ADN, pero al final yo creo que cada una tiene una morfología totalmente diferente. Y oye, para mí fue súper buena noticia que me dijeran que mi rotuliano era el de un hombre porque significaba que tenía mucho más grosor, con lo cual esa plastia que cogían para el ligamento cruzado podía ser mucho más fuerte".
Asimismo, Carolina se identifica en el documental con un animal, concretamente, una loba. Y lo argumenta de la siguiente manera: "Una loba se caracteriza, lo primero, porque va en manada. Por lo tanto, eso significa que una loba puede ser líder, pero necesita una manada detrás. Y para mí es muy significativo porque yo soy la que está en la pista de bádminton, pero necesito a todo mi equipo detrás de mí. Todo ese apoyo que tengo es gracias a todos ellos. Y luego también es muy significativo porque cuando una loba va a cazar, caza y muerde. Y no suelta. Cuando yo salgo a una pista de bádminton, voy con esa intención de ir a cazar a mi rival, a modo expresión, pero en el momento en el que yo agarro a mi rival no la quiero soltar, no le quiero dar ninguna oportunidad de ganarme, de ver su agilidad en mí. Por eso me identifico tanto con este animal".