La
UD Almería cayó este domingo por primera vez esta temporada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
Lo hizo ante el Cartagena por la mínima en un partido que estuvo marcado por el importante brote de contagiados por COVID-19 que sufrió el cuadro indálico. Además,
Rubi también tuvo que contar con las bajas de Dyego Sousa por lesión, Babic por sanción y
la de Umar Sadiq, que se encuentra concentrado con Nigeria para la disputa de la Copa de África que arranca este mes de enero.
Las condiciones con las que encaraban los jugadores de Rubi el partido no era especialmente las mejores para competir al máximo nivel, tal y como había hecho el Almería durante la primera vuelta, siendo el líder destacado de la categoría. Antes del partido, el técnico catalán aseguró que la semana previa de trabajo había sido
una ''pantomima'' y se quejó de que LaLiga les había ''maltratado''.
Todo esto se vio reflejado en el terreno de juego. En los inicios del choque,
Lazo cayó lesionado en la primera jugada individual que intentó. Ya en la segunda parte fue
Puigmal el que tuvo que salir del terreno de juego aquejado en un tirón en el gemelo. Por lo demás, se vio un equipo cansado que quiso tirar de corazón y orgullo hasta que las piernas dijeron basta. Incluso Rubi reconoció que dio entrada a Largie
Ramazani habiendo únicamente completado una sesión de entrenamiento en quince días.
Sin embargo, hasta en los peores momentos se pueden sacar conclusiones positivas. Y eso mismo fue lo que le sucedió al Almería en la derrota frente al Cartagena. La gran cantidad de bajas que sufrían los rojiblancos ocasionó que en el banquillo hubiera
hasta cinco jugadores del filial, aunque Caballero y Fuoli hayan compaginado gran parte de la temporada entrenando a las órdenes de Rubi.
Cuando corría el minuto 77 cuando el técnico rojiblanco hizo debutar con el primer equipo a
Carlos Gilbert, atacante del filial. La temporada de Gilbert en 3ª RFEF, equipo en el que milita la UD Almería 'B', estaba siendo asombrosa: es el máximo goleador de la categoría con
13 goles en 16 partidos. Esta cantidad de goles es todavía más meritoria si destacamos que es un jugador muy polivalente que ha jugado en ocasiones por banda y otras como mediapunta o segundo delantero.
Rubi lo situó en una posición de interior muy ofensivo, por lo que el jugador natural de Barcelona era la última bala que gastaría el técnico de Vilasar de Mar para poder empatar el partido. Y Gilbert respondió, dejando en el más de cuarto de hora que jugó destellos de gran calidad.
Quería el balón y no le quemaba, demostrando que es capaz de hacer en Segunda división lo mismo que suele hacer en 3ª RFEF con el filial del Almería. De hecho, provocó la expulsión de Nacho Gil en el Cartagena mientras conducía un contragolpe peligroso que estaba conduciendo a las mil maravillas.
El partido finalizó con un indudable mal resultado para los intereses almerienses, pero Rubi ha podido descubrir a un
diamante en bruto que tenía oculto en su propia disciplina. Sin duda ahora se avecinan semanas complicadas para el Almería y, dependiendo de a cuántos jugadores vaya recuperando Rubi para la causa, podría tener una continuidad más que merecida en las filas del primer equipo.