Caballero: "No sé si hay clima para hacer la concesión de Balaídos al Celta"

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha afirmado este jueves, tras visitar Balaídos para presentar el proyecto de reforma de la grada de Marcador, que el deseo del ayuntamiento sigue siendo aprobar la concesión del estadio municipal al Celta, aunque dijo desconocer cuál es la intención del club.

"Para hacer una concesión tiene que haber el clima de hacerla. Yo quiero hacer esa concesión, pero no sé si ahora hay el clima para hacerla. Una concesión requiere de dos partes, del propietario del estadio, que es el ayuntamiento y quiere hacerla en los plazos previstos, pero también del Celta", ha afirmado Caballero.

El alcalde se ha preguntado si la entidad que preside Carlos Mouriño "está en el ánimo" de aprobar una concesión que, a su juicio, sería "muy buena" tanto para la ciudad como para el club. "Si alguien cree que va a parar la gran reforma de Balaídos está completamente equivocado", ha insistido Caballero, quien se ha mostrado convencido de que el Celta va a jugar "siempre" en el estadio vigués.

Acompañado de la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, el alcalde ha avanzado que la obra en Marcador, que requiere tirar la grada y construirla de cero, se prolongará durante "un año o un año y medio", y tendrá un coste de 13,8 millones de euros, que aportarán, a partes iguales, los entes local y provincial.

La remodelación de Marcador permitirá acercar a 8,5 metros del terreno de juego y la conectará con Río y Tribuna a la misma altura. Además, se creará un anillo circular por el que los aficionados que lo necesiten podrán ir de una grada a otra. "Esto es una joya arquitectónica", ha apuntado Caballero, quien ha explicado que una vez que concluyan los trabajos en Marcador se procederá de forma inmediata a demoler la grada de Gol, con la idea de que la reforma completa esté rematada a finales de 2022 o principios de 2023.

"El proyecto base ya está enviado a Aguas de Galicia, pero la Xunta aún puede ponernos alguna zancadilla. Ahora bien, si esto no tiene zancadillas, estaremos en condiciones de proceder a la licitación a principios de verano y empezarán las obras en el último trimestre de este año", ha manifestado el alcalde.

En su comparecencia ante los periodistas, Caballero ha cargado duramente contra el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, al que ha acusado de querer llevarse el estadio fuera de la ciudad. "Feijóo quiere que este estadio se construya en Mos, pero ya está aquí. Y ya está aquí como la ciudad quiere. Por eso, hoy es un día de mucha alegría porque todo Vigo sabe que el nuevo Balaídos es una realidad imparable. Tenemos el dinero para construirlo, y eso es porque hay instituciones que quieren a esta ciudad", ha cerrado.

En posteriores declaraciones a los medios tras firmar un convenio con la Fundación Telefónica, Caballero ha admitido que el coste total de la remodelación del estadio sufrirá un incremento "muy importante" con respecto a la cifra que se manejaba originalmente, en el entorno de los 30 millones de euros.

Tras la remodelación de Río y Tribuna, en la que se emplearon 13 millones, más los 13,8 que costarán Marcador y Gol, cada una, y el aparcamiento subterráneo, la cifra final, que no ha concretado, se irá por encima de los 40 millones de euros. Caballero ha dado por hecho que Zona Franca va a participar en el pago de la remodelación de Balaídos, siempre que el PSOE siga gobernando en Madrid, porque de lo contrario ya cuenta con "el boicot" del ente estatal.

Desde la Marea local, su portavoz, Rubén Pérez, ha propuesto que se paren las obras en Balaídos hasta que el Celta no firme la concesión de uso de estas instalaciones, no vaya a ser que el estadio se acabe convirtiendo en "la Ciudad de la Cultura" de Vigo.

El concejal del PP Miguel Fidalgo ha señalado por su parte que lo que hoy han presentado Caballero y Silva no es más que "una foto para vender humo" porque no está habilitado el instrumento urbanístico necesario para acometer la obra. Fidalgo ha tachado de "un cachondeo" y "una vergüenza" que en cinco años se hayan invertido 15 millones de euros en "una chapuza" de obra.