Arrancó bien 2019 la
Real Sociedad, que encadenó diez jornadas sin perder desde su asalto al
Santiago Bernabéu, aunque lleva ya cinco sin ganar, amén de acumular diez empates que han vuelto a desconectar al cuadro 'txuri-urdin' de esa lucha por
Europa con la que había soñado cuando
Imanol Alguacil volvió a hacerse cargo de un equipo negado a las órdenes de un
Asier Garitano obcecado por pertrecharse por dentro en vez de explotar el rico potencial ofensivo de que disponía.
El otrora responsable del filial, que no ha dudado en tirar de la cantera cuando las bajas le acuciaban
(Aihen Muñoz, Merquelanz, Álex Sola, Barrenetxea, Roberto López, Guevara, Gorosabel), ha alternado el 1-4-2-3-1 con el 1-4-3-3, más lógico este último cuando
Januzaj está disponible que con
Juanmi por fuera, pero aprovechando la polivalencia de hombres como
Luca Sangalli.
La variante del 'tridente' le gusta especialmente para juntar a
Mikel Merino y
Zubeldia con
Rubén Pardo o los ahora renqueantes
Illarramendi y
Zurutuza. Es
Imanol un firme defensor de
Sandro, pese al prolongado ostracismo del que fuera prometedor goleador de
Barcelona y
Málaga, pero que entró en barrena con
Everton,
Sevilla y, ahora, la
Real Sociedad. Quizás sus grandes virtudes, las del míster, residan en su flexibilidad y en su afán por formar un equipo equilibrado, sin bajones.