El año de Marc Márquez en el mundial de MotoGP no está trayendo de vuelta cada fin de semana a aquel piloto que maravilló al mundo, dominando con mano de hierro el certamen con seis títulos entre 2013 y 2019, pero que tras años afectado por caídas, lesiones y unas monturas cuanto menos complicadas en Honda, parecía más cerca de la retirada que de volver a ganar. Pero eso cambió cuando decidió aceptar la oferta de Gresini y coger una Ducati GP23, la cuál le ha devuelto 1043 días después a lo más alto del podio, además de situarlo de nuevo en la carrera por el título, llevarle el año que viene a una Ducati oficial, pero eso pudo ser muy diferente.
Y es que si nos retrotraemos a hace poco menos de un año, no estaba nada claro el futuro de Marc, quien tenía aún contrato con HRC y la posibilidad de firmar por casi cualquier marca. No solo eso, si no que equipos oficiales y máquinas que iban a ser del año se peleaban por su fichaje. Sin embargo, el dominio lo tenían los de Borgo Panigale con 8 motos que podían ganar casi carrera. El problema es que solo 4 iban a ser de 2024 y las otras la versión anterior, y las más nuevas ya estaban ocupadas por pilotos con contrato en Lenovo y Pramac. Eso dejaba muy poco margen.
Y es que ver al mejor piloto en un equipo satélite no es lo más usual, pero era la única salida que le quedaba. Pero claro, no las tenía todas consigo, ni él, ni Gresini, puesto que sus recursos eran limitados y poco más podían hacer que esperar y rezar para que fueran los elegidos.
Y no es una exageración, puesto que lo ha confirmado la mandamás de la escuadra italiana, Nadia Padovani, en una entrevista a Nico Abad. En ella ha confesado que pararon todos sus planes de futuro para esperar al de Cervera, y lo hicieron sin casi ninguna seguridad de que fueran a ser los elegidos. De hecho, los nombres más destacados de la agencia libre fueron cayendo y si el 93 hubiera escogido cualquier otra opción, el problema hubiera sido mayúsculo.
Pero en ese momento, se les alinearon los astros y por eso mismo están en la posición actual, con su estrella en disposición de pelear con Pecco Bagnaia y Jorge Martín por el título, después de dos victorias consecutivas, y el sueño de ser el primer campeón desde una montura satélite. "Los planetas se alinearon y puede que alguien de arriba nos haya echado una mano", explica Padovani, en una clara referencia a su marido, el mítico Fausto Gresini, fallecido hace unos años.