No sería el último ni, por supuesto, el primero. La historia del fútbol nos ha dejado múltiples casos de pactos en los que dos equipos han acordado un resultado final que beneficiaba a ambos contendientes. Tanto escándalo dejan cuando se producen, como ruido previo por los temores que despierta en quienes ven la amenaza de sentirse perjudicados. Con el miedo a un 'biscotto' en el
Sevilla-Athletic viven el
Espanyol y la
Real Sociedad, aspirantes a la séptima plaza europea que ocupa el
Athletic y a la que no podrían acceder si se da el empate que beneficia a sevillanos y bilbaínos.
El pasteleo previo, en este caso, se antoja imposible por dos razones. La primera, porque el
Sevilla no va a renunciar a la opción que le queda para alcanzar la
Champions: ganar y esperar los fallos del
Valencia en Valladolid y del
Getafe en su estadio ante el Villarreal. La segunda, porque el
Athletic intentará no acabar séptimo para evitar el calvario y el trastorno que suponen jugar los partidos previos a la fase de grupos.
Hay demasiado en juego como para hablar de un tongo que, dicho sea de paso, quiénes y cómo lo firman. Ni en el
Sevilla ni en el
Athletic se especula con esa opción. Ahora bien, si el calor con el que
Javier Tebas condena a todos hace mella en los jugadores y los resultados en otros campos ponen en riesgo
Europa, ambos contendientes quedarán invitados a improvisar -en un 'biscotto' imposible- la 'no agresión' en los minutos finales.
Joaquín Adorna
