Definitivamente se ha caído del cartel.
Musonda sigue en Londres recuperándose de sus molestias en la rodilla y es el único futbolista del plantel con el que no puede contar
Víctor para recibir al
Athletic de Bilbao, último rival que pisará el Villamarín en este año 2016. La afición ha emitido su juicio en la encuesta realizada por ED:
la culpa es del jugador. En su mayoría, exime al club de responsabilidades respecto al bajo rendimiento del prometedor extremo belga. El caso es que
Musonda ha ido de muchísimo... a nada. Llegó en el mercado invernal la pasada temporada y, desde la jornada 22, no se perdió ni un solo encuentro de
Liga con el
Betis. 17 partidos disputados. 10 completos -y un undécimo en los que actuó 89 minutos-, en los que marcó 1 gol (de cabeza en Riazor, 2-2), dio una asistencia (a Pezzela ante el Espanyol, 0-3 ganó el Betis) y provocó un penalti frente al
Getafe en el Villamarín (último partido de Liga, gol de Rubén, 2-1).
Con esos magníficos números, el que debía ser el año de su consagración, ya adaptado a la ciudad, al club y a la competición, se ha convertido en una decepcionante campaña que ya venía torcida antes de su lesión de rodilla. Su magnífica asistencia a
Joaquín en el triunfo casero ante el
Málaga, 1-0, es de lo poco que se puede destacar del futbolista eléctrico, veloz, con calidad, que había encandilado a la afición del
Betis y del que se esperaba una mayor progresión. El del Málaga, precisamente, ha sido el único partido completo y el único que ha jugado como titular. En los otros siete en los que ha participado, ha acumulado minutos sin apenas trascendencia. Si acaso, los 52 que jugó ante el
Granada sustituyendo al lesionado
Fabián, minuto 38, cuando el Betis perdía 1-2 en un encuentro que acabó con empate a dos.
Por el camino que va, lo que apuntaba a
cesión de muchísimo rendimiento de un futbolista que conectaba con la grada, que desbordaba y que aportaba lo que otros muchos son incapaces de dar -quizás le faltaba mejorar en defensa y, sobre todo, en la definición-, va a quedar en oportunidad desaprovechada para todas las partes. Nadie gana. Todos pierden:
Musonda, el
Chelsea y el
Betis, que ya se plantea si es mejor renunciar a un jugador que le costará más caro si no juega para dejar ficha libre a otro refuerzo invernal.
Al margen del infortunio de la lesión, ha resultado extraña la larga estancia en Londres de
Musonda para intentar recuperarse. Se entiende que el club al que pertenece quiera examinar a quien apunta a futuro crack, pero lo lógico habría sido que siguiera el tratamiento en el
Betis, junto a sus compañeros y en el club que esta temporada le paga por sus servicios.
Ojalá sea el futbolista el máximo y único responsable del proceso decadente en el que ha entrado, pero haría bien el
Betis en revisar su caso por si existe alguna circunstancia objetiva, y a la que poner remedio, que frene la progresión de los fichajes que llegan o de jóvenes canteranos como
Fabián,
Rafa Navarro,
José Carlos... en los que hay depositadas muchas esperanzas.