Han pasado cinco años y medio desde que Vitolo dejara el Sevilla FC por la puerta de atrás, pagando su cláusula de rescisión, para fichar por el Atlético de Madrid, aunque estando cedido previamente en Las Palmas durante cinco meses.
Su marcha fue muy polémica y dejó plantado a su amigo Pareja, que había confiado en su palabra de que iba a seguir. La excusa que puso era que tenía ilusión de jugar con Las Palmas en Primera división y el Atlético se lo iba a permitir. La otra razón de peso -o la única- fue la económica, ya que el club medrileño le elevaba considerablemente el sueldo.
Curiosamente, su salida significó el primer intento serio de José María del Nido de volver a la presidencia del club, ya que le prometió al jugador igualar la oferta del Atlético si se quedaba y aparecía como abanderado de su 'candidatura'. Vitolo no dio marcha atrás y acabó tomando el AVE para Madrid y, luego, el avión para su isla.
Posiblemente, ese fue el último momento de alegría que el fútbol le ha dado en los cinco últimos años y medio. En Las Palmas sólo pudo jugar ocho partidos de LaLiga y sufrió las tres primeras lesiones, dos musculares y una tercera en la rodilla. Para colmo, el equipo insular empezó fatal el campeonato y nunca remontó. Acabó descendiendo a Segunda.
De regreso al Atlético, en sus cuatro años como rojiblanco llegó a jugar 101 partidos (7 goles y 9 asistencias), pero poco más de 4.000 minutos. Es decir, a 1.000 minutos por temporada. Un rol secundario. Ganó tres títulos, los mismos que en el Sevilla, (una Liga, una Supercopa de Europa y su cuarta Europa League), pero en ninguno fue importante.
La temporada pasada acabó cedido en el Getafe, donde sólo sumó 215 minutos en todo el año y ni Míchel ni Quique contaron con él. Y su esperado regreso a Las Palmas, a donde llegó este pasado verano como estandarte para el ascenso, está siendo aún peor.
Primero, una lesión le dejó inédito en pretemporada. Luego, no pudo entrar en una convocatoria hasta el 7 de octubre y debutar hasta el 15 de ese mismo mes, dos minutos ante la Ponferradina. A partir de ahí enlazó un tramo de cuatro partidos y otro de tres, con una participación residual (105 minutos en total).
'Desapareció' a mediados de diciembre con una lesión que los médicos dieron dos o tres semanas de recuperación y aún no ha regresado, ni siquiera para entrar en las convocatorias. Fue tras el partido con el Albacete, en el que duró cinco minutos y en el que Vitolo acabó llorando en el suelo, impotente ante tanta desgracia.
"No dejaré de luchar, sobre todo por mis hijos, no quiero dejar esto sin que ellos puedan verme feliz de nuevo. Las lágrimas y el dolor de ayer son inexplicables, nunca me había sentido así. Prometo que seguiré peleando por la gente que me quiere y por la gente que cree en mí", escribió en su perfil de Instagram.
Su técnico, Xavi García Pimienta, se lo toma con paciencia y ha repetido cada vez que le han preguntado que se tome su tiempo y que no se marque fecha de regreso, pero con tres meses por delante hasta final de temporada parece difícil que pueda remontar el vuelo. Y lo peor para el Atlético es que aún tiene un año más de contrato allí.
Dice el refrán que no hay maldición que cien años dure, pero seis, por ahora, sí. Desde que salió de Sevilla...