Después del parón de selecciones, LaLiga regresa este fin de semana con la disputa de la jornada 29 en Primera división, que tendrá El Gran Derbi hispalense como indudable plato fuerte. El balón rodará por el césped del Benito Villamarín a partir de las 21:00 horas de este domingo, pero los dos equipos han comenzado a disputarlo ya desde la mañana de este sábado. Tanto el Real Betis como el Sevilla FC han abierto las puertas de sus respectivos estadios para recoger la fuerza de sus aficionados en los entrenamientos previos al segundo duelo cainita de la temporada. El ambientazo, como se ha podido ver en las calles de Heliópolis y Nervión, blindados a nivel de seguridad ante las colas multitudinarias horas antes de la apertura de los accesos, está garantizado. Decenas de miles de seguidores han dado fe y ESTADIO Deportivo ha sido testigo directo a través del compañero Jesús Galiano y las cámaras de Lince Photo Agency, que han captado tanto la espectacular ilusión de la grada como la preocupante imagen de Rubén Vargas, que se ha ido cojeando.
Desde primera hora de la mañana, las zonas aledañas del Ramón Sánchez-Pizjuán han ido adquiriendo el ambiente propio de las previas de las grandes citas. Miles de aficionados han ido haciendo acto de presencia. Bufandas y banderas al aire, botes de humo rojo, cánticos de arenga a la plantilla de Xavier García Pimienta... Iban calentando para cuando el club abriese las puertas para permitir la entrada para presenciar la última sesión antes de visitar al Real Betis. El Sevilla FC les convocó y estaba claro que no iban a fallar. Minutos antes de las 12:00, hora a la que estaba programado el entrenamiento de este sábado, el goteo incesante de hinchas iba llenando todo el anillo inferior de la Bombonera de Nervión.
Según las cifras facilitadas por el Sevilla FC, se han dado cita un total de 15.231 espectadores, que han demostrado una perfecta comunión con la plantilla. En los últimos días se ha vuelto a comprobar por enésima vez la enorme fractura social e institucional, pero la Fiel Infantería Nervionense tiene claro que cualquier tipo de protesta contra el consejo no tiene nada que ver con su incondicional apoyo a la plantilla. La entidad, además, ha cuidado los detalles. Para engorilar más a sus tropas, por videmarcadores han proyectado imágenes de algunos de los goles más señalados marcados en los derbis en el feudo del eterno rival y ha generado euforia en las gradas.
Mientras tanto, los futbolistas se ejercitaban con esa dosis de actividad que le aportaba el incesante ruido de ánimo. El Betis llega por encima en la clasificación, juega en casa, viene de enlazar cinco victorias seguidas y además ha metido a más de 30.000 personas en su sesión a puerta abierta en La Palmera. No obstante, el vestuario del Sevilla FC viene repitiendo una frase grabada a fuego: "El Sevilla no le teme a nadie". No pierde fuera de casa desde el 22 de diciembre (4-2 en el Santiago Bernabéu) y están mentalizados de la potencia del derbi como trampolín hacia un final de temporada dulce, con Europa como caramelo perseguido.
"Y aquí están, aquí están, los ultras del Sánchez-Pizjuán". Tras ejercitarse, la plantilla ha dado la tradicional vuelta de honor para mostrar gratitud y ha acabado fundiéndose en la euforia colectiva botando sobre el césped y cantando al unísono los vítores propulsados por más de 15.000 gargantas. Qué manera de cargar energía positiva. Viendo estas imágenes tan motivadoras (incluso en épocas tan desalentadoras), sólo cabe preguntarse por qué los clubes no abren más a menudo sus puertas. El Gran Derbi ya corre por las venas. Se siente. Ya se ha empezado a jugar. Ahora, tras resonar el clásico "Échale huevos, Sevilla échale huevos...", que el balón dicte sentencia.
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