El entrenador del Sevilla FC, Jorge Sampaoli, se ha mojado sobre todos los temas polémicos que ofrece la incandescente actualidad nervionense y sobre el "circo caliente" que cree que impera en el fútbol actual y en la entidad blanquirroja en particular. En este sentido, ha tranquilizado a aquellos que estén pensando en que va a dimitir y a largarse corriendo ante las supuestas promesas incumplidas por los dirigentes. No obstante, es consciente de los rumores que se escuchan, sabe perfectamente que ya hay una lista de posibles sustitutos si no endereza el rumbo en esta semana con duelos ante Alaves y Cádiz y se reserva para la intimidad -y para quien corresponda- la respuesta a la pregunta de si se siente "engañado" tras ver que la revolución invernal anunciada se limita a día de hoy a tres salidas (casi cuatro) y a una única llegada o si se arrepiente de haber aceptado el cargo tras el despido de Julen Lopetegui.
En este sentido, aseguró que no cree que sea "anormal", que la afición convoque una protesta para el sábado, reciba al equipo entre insultos o aparezcan pintadas en la ciudad deportiva. Eso sí, lo entiende pero no lo comparte en absoluto. "Lo que pasa en la actualidad es global. Son manifestaciones de desaprobación a un proyecto que no funciona. La gente busca medios de protesta y es normal, pero pienso que lo que más nos puede ayudar es la unidad e ir todos de la mano. Más que pensar que el sábado va a ser un infierno en el choque contra el Cádiz tenemos que pensar que va a ser una fiesta. El fútbol es un circo caliente y todo está permitido, así que hay que saber convivir con eso", explicó este lunes, en la rueda de prensa previa al choque copero de mañana contra el Alavés.
Sobre la planificación se defendió recordando que la de Girona "es la primera derrota desde el parón" y recordó que transmitió al club lo que creía que necesitaba para remontar el vuelo y, de momento, no se lo han dado: "Cuando llegué, le expresé al presidente y al vicepresidente lo que necesitaba para armar un equipo como yo siento. El 31 de este mes se cierra el mercado y a partir de ahí tengo que ver cómo manejo una situación que no esperaba, pero que también me fortalece como entrenador, porque sin ítems cuantitativos tengo que buscar algo cualitativo que rompa con esta situación con goles y no con errores. El que decide el proyecto no soy yo. No depende de mí que lleguen elementos cuantitativos. Yo ya dije lo que sentía en su momento. La situación parece que empieza a funcionar, pero no con resultados".
"¿Dimitir? No tengo ninguna intención de no intentar cambiar la realidad. A veces uno cree que la mejor decisión es escapar y salir corriendo, pero yo prefiero quedarme y seguir trabajando", manifestó con rotundidad para asegurar que no se va a marchar. "Yo vengo todos los días a trabajar con ilusión, el grupo me ha dado respuestas y hay que seguir trabajando por el bien del club. No es momento de llorar. Daré lo mejor de mí para sacar al club de este lugar y ya está. Si tomé la mejor decisión o si me engañaron es una cosa mía con los dirigentes, de puertas adentro, pero no para hablarlo aquí con ustedes", recalcó antes de insistir en que se ve capacitado para levantar al equipo.
"Cuando llegué al club, estaba en la misma situación que ahora, con muchos problemas institucionales, políticos, deportivos... Vine para intentar ayudar desde mi manera de ver el fútbol y cambiar el rumbo para que no padezca como padece en la actualidad. Con ese objetivo me levanto cada mañana. Intento que el equipo desde la colectividad mejore. A lo mejor empatar habría sido lo más justo contra el Getafe, y ganamos, y creo injusto perder en Girona, pero perdimos. El entrenador se tiene que adaptar para buscar esa capacidad cualitativa para ir a mejor", apostilló Sampaoli.