"Es la noche más mágica que viví en mis cuatro años en el Pizjuán. Es una noche mágica para todo el mundo, una sensación de disfrute impresionante y una algería inmensa para todos". Lucas Ocampos fue la imagen de la furia con la que el Sevilla arrasó al Manchester United. Marcó un gol, al borde del descanso, se lo anularon, y le dio igual. Estaba convencido de que el equipo nervionense iba a ganar.
"Fue una sensación impresionante -cuando marcó y lo celebró-, uno de los momentos más lindos. Todo el estadio de blanco. Fue un casi gol. Cuando lo anularon me daba igual, supe que el equipo iba a seguir. Estaba en una dinámica impresionante, sabía que hoy nos los comíamos y así fue", asegura el argentino, quien cree que, así, era imposible perder. "Solo lamentamos los de Marcao, pero fue un partido perfecto para todos. Fue una entrega, un corazón, una sincronización entre equipo y afición, redondo para todos. Creo que ha sido la noche más bonita que he pasado en el Sánchez-Pizjuán", admitía.
Feliz por el equipo, pero también por su actuación personal. Ocampos demostró que vuelve a ser el jugador decisivo del primer año. "Hoy estuvo el ourasagre a full. El míster me da esa confianza y yo trato de aprovechar en la banda que me gusta. Me siento cómodo y puedo disfrutar al cien por cien. (...) Tengo que agradecer a todo el mundo que, cuando estuve entrenando solo me ayudó, hoy puedo disfrutar después de haber sufrido un montón los últimos seis meses, hace tres meses estábamos derrotados y hoy disfruto con mi gente", afirma Ocampos, que ya piensa en el duelo del domingo.
"Va a ser un partido complicado. Intentaremos disfrutar a full porque estas noches son únicas, pero mañana ya pondrá el míster a pensar a todo el mundo en el Villarreal. Queremos salir lo más rápido de ahí abajo para terminar la temporada de la mejor manera"", concluía.
Un paisano suyo, Erik lamela, también se vació. Hasta el punto de acabó siendo sustituido con calambres. El derroche del 'Coco' tuvo su premio, pues su presión fue clave para que robara la pelota a Maguire y llegara el primer gol. "Ha sido un partidazo. Estoy muy contento. Es una locura jugar en este ambiente que se vivió en la tribuna. Qué más se puede pedir. Como jugador de fútbol es lo máximo", reconocía el mediapunta del Sevilla, que en los días previos mostró públicamente su confianza en que se podía ganar.
"Sabíamos que, unidos, este equipo puede competir contra quién sea. Se dejó todo. Ahí estuvo la clave. No dimos la pelota por perdida, el empuje de la gente y lo dejamos todo en cada acción. Jugando así es muy difícil perder y es lo que pasó hoy", señala el argentino, quien cree que fue un trabajo colectivo, de todos. "Tuvimos que trabajar mucho. Es un gran resultado. Golpeamos en los momentos justos. Cuando el equipo está tan unido y deja todo en cada pelota es muy difícil que el rival te pueda dañar. Ellos tenían calidad arriba, pero estando juntos no les dimos oportunidades", añadía.
El 'Coco' tuvo un especial premio a su esfuerzo, porque cuando fue sustituido, su nombre lo coreó todo el Sánchez-Pizjuán. "Fue increíble. Se me puso la piel de gallina. Como dije, jugar ante un ambiente así, para mí, es lo máximo. Es lo que un jugador siempre sueña y desea. Agradecido, como el resto del equipo", concluye.