Juventus
Sevilla
El Sevilla Fútbol Club saboreó ayer el lado más amargo del fútbol, como lo hizo ante el Celta de Vigo, viendo como le empataban en el tiempo añadido y ayer, en la última jugada del partido. Otra veces le ha tocado degustar el dulce sabor del triunfo o del empate en el tiempo añadido, como ante el Villarreal, el Athletic Club o frente al Manchester United en la ida de los cuartos de final.
Porque más allá de la discusión de si el árbitro tenía o no que haber pitado el final antes del saque de esquina, el equipo tiene que defender con uñas y diente hasta el último segundo, al igual que la Juventus buscó su gol hasta el último suspiro. Quizás pueda ser un premio demasiado grande para los italianos visto lo visto sobre el Juventus Stadium pero así es el fútbol. No hay que olvidar que la Juventus es un grande del fútbol europeo y que en Europa, cualquier fallo o despiste se paga muy caro. Como el Sevilla se lo hizo pagar en la primera parte con el gol de En-Nesyri precedido por un contragolpe para enmarcar.
Pero es que nadie dijo que fuera fácil, y en una temporada en la que el Sevilla ha estado coqueteando con el descenso hasta el mes marzo, mucho menos. Quién iba a decir al sevillismo hace dos meses que un empate en el Juventus Stadium a la puertas de poder acceder a una final iba a saber tan mal... Lo hecho, hecho está, y ya no vale la pena lamentarse.
Como no reparó más de un segundo anoche Mendilibar, y por cierto, yo soy de los que comparte su reflexión, esa de que incluso el empate les puede venir bien a sus jugadores para no caer en el error de que con un gol de ventaja está todo hecho para el partido de vuelta y llevarte el porrazo. El 1-1 te obliga a ir a ganar, como también obliga a la Juventus, ya no habrá más margen de maniobra y del Sánchez-Pizjuán tan sólo saldrá un finalista. Toca mirar hacia adelante, jugar en Valladolid minimizando riesgos y apostar todo al próximo jueves.
Porque seamos sinceros, antes de comenzar a rodar el balón en Turín, muchos hubieráis firmado el empate a uno y jugarse las 'papas', como dijo Pepe Castro en la previa, en casa, al calor de la afición de Nervión, con un estadio a reventar y que empujará no desde el minuto uno, sino desde la horas previas al encuentro, porque es el partido más importante de la temporada, como lo era hace un mes el del Manchester United también en casa. Nervión volverá a ser una caldera para llevar al equipo a una nueva final europea, porque nadie dijo que fuera fácil, pero jugando como se jugó anoche, el camino a Budapest puede estar más cerca.