Monchi es Monchi, delante y detrás de las cámaras

El director del Sevilla volvió a ser criticado por su actitud delante de las cámaras, pero el de San Fernando demostró que lo vive con la misma intensidad, ya sea con los focos apuntando hacia él o en su asiento en la grada

Fernando RuizFernando Ruiz
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Monchi es Monchi, delante y detrás de las cámaras
Monchi es Monchi, delante y detrás de las cámaras - ED

No sabemos si el director deportivo del Sevilla Fútbol Club habrá podido dormir bien esta pasada noche o no. Si es de esos de los que puede descansar a pierna suelta tras una sufrida victoria o más bien de los que tanta adrenalina acumulada no le deja pegar ojo durante la noche. Y es que fueron muchas las sensaciones que vivió Monchi en el partido de anoche entre el equipo nervionense y el Cádiz, una montaña rusa de emociones que fue desde la concentración máxima previa al comienzo del partido, a la rabia por el gol anulado al filo de descanso que le llevó a bajar a pie de campo para intentar pedirle explicaciones a Hernández Hernández para acabar en la alegría mezclada con el alivio del postrero gol de Ivan Rakitic cuando el cronómetro ya rozaba el minuto 90.

Se le ha vuelto a criticar mucho a Monchi su supuesto afán de protagonismo, como en aquella despedida de Julen Lopetegui donde el de San Fernando obligó al técnico vasco a saltar al campo para llevarse el aplauso de la grada por todo lo conseguido en los tres primeros años, y al que, recordemos, él apoyaba y no era partidario de destituirlo, o que bajara al césped del Benito Villamarín, como hace siempre en cada partido fuera de casa, tras el empate en el derbi para agradecer a la afición sevillista el apoyo durante todo el partido, o ayer mismo, cuando intentara pedir explicaciones al colegiado canario al descanso.

Incluso tras el pitido final, cuando volvió a bajar al campo, como hace en cada partido para animar a los jugadores y en este caso, felicitar con un abrazo a Rakitic, autor del gol, y otro a Lucas Ocampos. Pero lo que no se había visto hasta ahora es cómo vivió el de San Fernando el gol del croata desde su asiento en el palco del Sevilla. El usuario de Twitter @RafaVividor captó el momento donde Monchi, en una esquina del palco, acompañado por su mujer, abrazándose a ella y descargando toda la tensión acumulada durante el encuentro viendo que el ansiado gol del triunfo se resistía, para luego dar paso a las lágrimas sin saber que estaba siendo grabado.

Porque Monchi es así. Tan aficionado como director deportivo, cómo el se ha definido en muchas ocasiones. Un director deportivo atípico, y nadie lo va a cambiar. "Durante muchos años he estado en la grada como un aficionado más, soy un director deportivo atípico, lo reconozco y no voy a cambiar. Si porque digan que tengo el ego muy grande o que me ha comido el personaje creen que voy a cambiar mi forma de ser, no me conocen. Es mi forma de ser, a quién le gusta, gracias, a quién no, lo entiendo. Hay momentos en que todo lo que hace uno se hace bien, cuando salgo al césped porque salgo, y cuando no lo hago, porque no lo hago. Yo soy el mismo siempre. Lo que hice el otro día lo hice porque creía que era justo con Julen Lopetegui, que se merecía ese reconocimiento como amigo, que me ha hecho muy feliz. Cuando saludo a los aficionados, ganemos o perdamos, lo hago con naturalidad, como siempre, y no voy a cambiar".

Se siente (y en buena parte lo es, pero no al 100%) responsable de la mala temporada deportiva que lleva el equipo, luchando por salir de la zona de descenso a estas alturas de campaña. El mercado de fichajes de enero tampoco ha ido como él esperaba y todo eso desembocó en el partido de ayer, donde Monchi fue más Monchi que nunca, tanto delante como detrás de las cámaras. O lo amas o lo odias, no hay término medio.