Entrenador en paro desde que abandonara el Real Sporting en mayo de 2022, Pep Martí (48) ha sido objeto esta semana de una entrevista por parte de los compañeros de 'Relevo', aprovechando las semifinales de Copa del Rey entre los dos últimos clubes de su carrera profesional, la Real Sociedad y el RCD Mallorca, donde se retiró en 2015. Fue apenas seis meses 'txuri-urdin', los primeros de 2008, marchándose ese verano traspasado (por medio millón de euros) a la escuadra bermellona. Una salida, la del Sevilla FC, que sorprendió a muchos por tratarse de uno de los capitanes del plantel nervionense, aunque el otrora pivote señala a Manolo Jiménez como el gran culpable de su marcha, hasta el punto de forzarla, desesperado, en una charla con el entonces presidente, Del Nido Benavente, al que llegó a rogar una solución en estos términos: "José María, yo me voy. Ya puedes buscarme sitio, que me voy. Yo aquí no aguanto más", aunque el abogado le contestó que no se iba "a ningún sitio".
Así lo cuenta Martí: "Badiola contactó conmigo a través de mi representante y nos dijo que quería que jugara en la Real. Claro, mi representante le dijo 'mira, olvídate; está jugando la Champions, así que olvídate'. En Sevilla acabábamos de cambiar de entrenador y yo tuve unos episodios.... No me gusta hablar mal de nadie, porque no lo he hecho nunca en el mundo del fútbol, pero sí que es verdad que tuve una serie de diferencias, sin entenderlas ni explicármelas, con Manolo Jiménez (...) Iba a jugar de titular y no me convocaba; iba a jugar de lateral izquierdo, porque le tenía que hacer el favor, y me dejaba en el banquillo. Yo, al principio, no le daba importancia. Pero, en el último partido de Navidades, en el cual tenía que ser titular ante el Racing en casa porque Manolo me lo había comunicado, no sólo no lo hice, sino que, en el minuto 95 y ganando 4-0, decidió sacarme al campo. Salí y, cuando sacó el portero, pitó el final. Sacar al capitán del equipo diez segundos... no fue lo más agradable".
Siempre según el relato del balear, Badiola insistió, porque iba a ser presidente y preparaba "un proyecto importante que tenía que escuchar", segunda intentona que empezó a desequilibrar su mujer: "Me dijo 'aquí no estás bien; llegas a casa enfadado, de mal humor, y lo pagas con el niño'. Unido todo a una oferta irrechazable, tanto económica como deportivamente, porque hay que decir las cosas claras, no vamos a hablar con hipocresía, no solo fue por un aspecto deportivo. Había una situación económica fuera de lo habitual. Y es la realidad. No tengo ningún pudor en reconocerlo. Entonces, al final, decidí dar el paso. Del Nido aceptó una serie de condiciones que en principio podían ser positivas también para el Sevilla. Y, bueno, así se fraguó un poco el fichaje". La Real Sociedad, entonces en Segunda, le ofreció "el triple de lo que ganaba en Sevilla por seis meses", tras rechazar en primer momento el doble.
"Tenía 33 años e, independientemente de que tenía una situación incómoda en la plantilla porque parecía que el míster no contaba conmigo, incluso en algunos momentos hasta pensaba que tenía algo en contra, estaba en Champions. Fui a hablar con él y me dijo que no, que no había ningún inconveniente, que simplemente eran decisiones que él tomaba. Nos fuimos a jugar un partido a Bilbao. En el partido anterior me dijo que me desconvocaba porque necesitaba que jugara en San Mamés. Fuimos allí y no jugué ni un minuto. Le dije a mi representante 'acepta la oferta, porque aquí me voy a morir de asco durante los seis meses que faltan'. Y fue un poco por eso, porque, si no, tampoco habría aceptado. Si no llega a pasar lo que sucedió en Bilbao... Muchas veces lo he pensado. Y me habría perdido conocer a todo el grupo de compañeros que conocí, que fue magnífico", zanja Martí.