Unos muy tranquilos a 9 de febrero y otros que empiezan a subirse por las paredes. La situación de Isco Alarcón cambia cada día de la misma forma que le abren y cierran puertas por todos lados.
Ya han quedado lejos las semanas, recién salido del Sevilla, cuyo nombre se asociaba a la Juventus o Roma; incluso parece un siglo cuando se echó para atrás su fichaje por el Unión Belín. Los intentos por ficharle de las ligas estadounidense, china, saudí o emiratí parecen de otro siglo y, sin embargo, algunas de ellas son las únicas opciones que le quedan a día de hoy.
Tras cerrarse el pasado 31 de enero el mercado invernal en la mayoría de las ligas más importantes, en un último día que coincidió con su frustrado fichaje por el actual segundo clasificado de la Bundesliga alemana, a Isco Alarcón se le encogieron sus oportunidades de golpe. Sólo le quedaba Turquía, entre las Ligas de segundo nivel europeo, o esperar a algún club que se hubiera quedado con fichas libres antes del 31 de enero.
El mercado turco se cerró ayer -y con el problemón que tienen allí difícilmente están para pensar en eso-, al igual que otros en los que podía recalar. De los que le han tocado sólo le queda China, que sigue abierto, y el estadounidense, que aún tiene tres semanas por delante antes de empezar la nueva MLS. Y equipos como el Everton, con fichas libres y cuya puerta se le abrió en los primeros días de febrero.
En España, con casi todos los equipos al límite por el control de LaLiga, ni aun jugando gratis y teniendo fichas libres podría encajar. De hecho, hace unos días volvía a unirse su nombre con el Valencia, por la relación Mendes-Lim, pero allí saben que es imposible poder inscribirlo.
Y que su nombre se asocie a la Kings League -Ibai Llanos habló con él en este sentido y el malagueño rechazó la oferta- no habla muy bien de su futuro inmediato. Con 30 años aún debería tener muchas puertas abiertas, pero entre las que ha cerrado él y las que el tiempo le ha clausurado, se ha quedado con muy pocas.
Seis meses sin jugar pueden acabar con cualquier carrera. Él lo sabe y su agente, Jorge Mendes, también. El famoso intermediario portugués, según señalan varios medios, está empezando a desesperarse con Isco Alarcón. Lo ha movido por muchos lugares sin éxito y los nervios empiezan a atenazarle. El ultimátum está al caer.