La agónica victoria del Sevilla FC ante el Valladolid apenas ha servido para rebajar el enfado de una afición muy crítica no sólo con la gestión de sus dirigentes, sino también con la planificación llevada a cabo por Víctor Orta, como quedó patente en los abucheos y pitos que tuvo que soportar mientras presenciaba el último partido del filial en el Estadio Jesús Navas de la ciudad deportiva.
Hasta la fecha, una de las grandes lagunas del trabajo veraniego del director deportivo está en la delantera. Las gestiones para reemplazar a Youssef En-Nesyri, el gran goleador sevillista del último lustro, cristalizaron finalmente en el fichaje de Kelechi Iheanacho, pero el nigeriano está siendo uno de los futbolistas más criticados por el pobre nivel ofrecido.
Tras aterrizar poco antes de que comenzara la temporada -ni siquiera pudo ser inscrito para la primera jornada-, el ex del Leicester City ha participado en cuatro partidos, dos de ellos como titular, sin marcar un solo gol en 213 minutos de juego. Aunque más allá de esa falta de puntería, lo que más ha llamado la atención han sido su estado físico y sus fallos en acciones a priori sencillas.
La incorporación del ariete africano fue considerada como una oportunidad de mercado por la dirección deportiva nervionense, pues aterrizó a coste cero al encontrarse libre. Pero antes se intentaron otros fichajes. El 'plan A', de hecho, no fue otro que Sardar Azmoun, al que Orta ya intentó fichar sin éxito en el último mercado invernal, retomando los contactos el pasado mes de mayo.
El iraní, pese a firmar una última temporada más que discreta en la Roma (3 goles en 29 partidos), era uno de los candidatos preferidos para reforzar el ataque y contaba con el beneplácito de García Pimienta. Pero, a pesar de que en Nervión eran optimistas y se había avanzando en su llegada, un giro de timón hizo que se decantase por la oferta del Shabab Al-Ahli de Emiratos Árabes Unidos, que podría considerarse en realidad un retiro dorado, aunque en un principio parecía dispuesto a buscar una nueva oportunidad en el fútbol de elite de la mano el Sevilla FC.
También pesó la postura de un Bayer Leverkusen con el que tenía dos años más de contrato y que quería hacer negocio con su traspaso, recelando de la propuesta de cesión con opción del compra del club de Eduardo Dato. Finalmente, el ex del Zenit puso rumbo al fútbol árabe a cambio de 5 millones de euros y allí, en una liga de menor nivel, está deslumbrando a todos. De momento, ha participado en 7 partidos con su nuevo equipo y ha firmado 8 goles, con dos dobletes incluidos. Sólo se ha quedado sin marcar en un choque, el único en el que partió como suplente, que significó a la postre la única derrota del club de Dubái. Qué habría pasado en caso de recalar en Nervión es algo que ya nunca se sabrá.