No ha sido ninguna sorpresa que el anteproyecto de Nuevo Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, el as bajo la manga que se guardaba como factor sorpresa el actual consejo de administración del Sevilla FC para la junta general de accionistas, iba a recibir la crítica más enconada por parte del principal opositor, José María del Nido Benavente, que presentó una solicitud notarial para detener su construcción y que, en su reciente visita a la Peña Sevillista de Los Palacios, anunció que la idea de los dirigentes se quedaba pequeña y que él prometía edificar y llenar en su tercer año del nuevo mandato un recinto con capacidad para 70.000 espectadores, no los 55.000 que cabrán en el diseño presentado este lunes en sociedad. Además, cuestionaba el coste no ya futuro (alrededor de 350 millones de euros, según la directiva), sino ya solamente de su planificación con la empresa IDOM.
"¿Cuánto llevan gastado en el anteproyecto del estadio? Serían tan amables de decirlo. Nuestra familia no ha visto ese anteproyecto siendo la máxima accionista. No nos oponemos a un nuevo estadio, sino que nos oponemos a este proyecto", espetaba el veterano abogado hispalense, que se enzarzó en una discusión subida de tono con su hijo, como se puede leer en el minuto a minuto del cónclave: "El 'Informe Legends' ha costado 300.000 euros y el anteproyecto, 75.000". Del Nido Benavente insistía en que "el proyecto del estadio no puede salir adelante sin ser votado antes en junta de accionistas", amén de que duda mucho de "que se llegue a 80 millones de cifra de ingresos" si no ganan en Francia la semana que viene al RC Lens, en lo que será la última bala del equipo para no despedirse también de la Europa League. "No voy a parar", zanjaba.
Antes, el presidente sevillista entre 2002 y 2013 se deshizo en mofas hacia el citado proyecto del Nuevo Estadio: "Como se va a votar el punto, yo digo que mi voto será en el sentido de impartir instrucciones al consejo para que deje de gastar dinero en la construcción de un estadio que debe ser aprobado en la junta general de accionistas. La ley establece que, para afrontar una inversión de tal calibre, como el actual o sobre un activo esencial como es el estadio, necesitan el refrendo de la junta general de accionistas. El proyecto no puede ser más feo, horroroso; yo no lo conocía. La cubierta es feísima, el aforo es insuficiente. ¿No somos capaces de llenar un estadio de 65.000 o 70.000? Mi voto es no a esta porquería de estadio. Parece un fregadero lo que tiene encima. Tiene que ser una cubierta aerodinámica, como la del Athletic Club o el FC Barcelona".