Hace varias semanas Marcao sorprendía con las declaraciones en las que aseguraba que desea continuar en el Sevilla para hacer historia y que no se ajustaban en demasía a su realidad en Nervión.
"Tengo muchas cosas aún que hacer en el fútbol, quiero jugar muchos partidos para el Sevilla y volver a ganar títulos. Yo me quiero quedar en Sevilla. Quiero hacer historia en el Sevilla. Cuando salga del Sevilla, quiero dejar aquí mi marca", indicó en Onda Cero el brasileño, que, sin embargo, podría estar viviendo sus últimos meses con la elástica sevillista ante su ausencia de protagonismo a pesar de que su contrato se prolonga hasta 2027.
No en vano, esta redacción adelantó a finales de marzo que el Sevilla ya había trazado una hoja ruta con el central, en la que se contempla escuchar ofertas después de que su resurgir en el inicio del año con varias titularidades tras su reaparición se viera truncado por una nueva lesión que lo sacó del equipo. A su vuelta, Quique ya tenía su eje de la zaga definido, con Badé, Sergio Ramos y Kike Salas, y no ha vuelto a jugar, hasta el extremo de quedarse fuera de la convocatoria ante el Getafe.
Esta situación ofreció luz sobre su futuro, si bien este lunes pueda quedar resuelto completamente en función de la decisión que tome Quique, pues la cita contra el Mallorca en casa puede ser el último tren para el defensa brasileño o la puntilla definitiva. Y es que el entrenador nervionense pierde para este partido a una pieza básica en su retaguardia y tiene que elegir a un sustituto en el que confíe.
En ese sentido, Kike Salas vio la quinta amarilla en el partido contra Las Palmas y, por ende, causará baja frente a los bermellones, dejando huérfano el perfil izquierdo de la zaga. Marcao sería el relevo más natural por posición y a tenor de los antecedentes de Quique, pero la realidad es que entrenador sevillista también maneja otras opciones, entre las que se encuentran dos reconversiones.
Por un lado, podría optar por la otra vía natural con la presencia de Nianzou como acompañante de Ramos y Badé, si bien, desde que se sentó en el banquillo sevillista, solo le ha concedido 120 minutos ligueros al parisino, que no salta al terreno de juego desde el 2 de marzo ante la Real Sociedad. Eso sí, Badé está apercibido.
Por otra parte, cabe la posibilidad de que se decante por fórmulas con las que ya ha trabajado, como situar a Acuña, ya disponible, en el centro de la zaga, o retrasar la posición de Gudelj, lo que supondría la entrada en el once inicial de Agoumé como pivote.El hecho de que anteponga cualquiera de estas vías por delante de Marcao supondría la sentencia definitiva para el suramericano, que, de jugar, al menos, tendría la posibilidad de mostrarse en un partido decisivo más allá de que el regreso de Kike Salas le devolvería al banquillo en el derbi. Eso sí, Badé está apercibido.