No estaba del todo contento José Luis Mendilibar con el partido de sus jugadores en Mestalla pese a salir de Valencia con el preciado botín de los tres puntos que permiten al Sevilla Fútbol Club alejar el descenso hasta los ocho puntos.
"No hemos hecho una buena primera parte, nos han dominado y, luego, en la segunda, hemos igualado un poco sin estar bien, pero hemos hecho dos goles. No hemos jugado demasiado limpio y no hemos tenido claridad, pero una jugada a balón parado y otra en la que Suso ha estado acertado, nos han servido. Es lo que tenemos con este tipo de jugadores, que sale la calidad que tienen", reconocía el técnico vasco, que tampoco quiso lanzar las campanas al vuelto y aseguró que todavía "faltan puntos" y que no se pueden dormir: "Tenemos que seguir mejorando. Vamos a pensar partido a partido".
Pero el triunfo en Valencia, además de los tres puntos, ha dejado otros datos más que relevantes para el Sevilla Fútbol Club de esta temporada. Un Sevilla que, hasta la llegada de José Luis Mendilibar, tan sólo había ganado en dos ocasiones de trece salidas del Ramón Sánchez-Pizjuán (con Lopetegui ante el Espanyol y con Sampaoli en Mallorca). Pero llegó el de Zaldivar y en dos salidas a domicilio, seis puntos, contra dos rivales directos además como Cádiz y Valencia.
Tan sólo el empate del Celta en el tiempo añadido le ha impedido a Mendilibar hacer un pleno de puntos aunque eso le ha servido para distanciar en ocho puntos del pozo, cuando hace tan sólo tres semanas en su debut estaba a dos. Estos ocho puntos suponen además la mayor renta de ventaja de toda la temporada con respecto al descenso y todo ello basado en un fútbol más práctico, lógico pero contundente, pues en todos sus partidos ha hecho dos goles y en este último ante el Valencia con tan solo dos tiros a puerta.
Y es que, el algodón no engaña como diría el mayordomo de aquel famoso anuncio de los 80 de un limpiador para el hogar, porque el vasco ha puesto en evidencia con su efectivad y capacidad para adaptarse a la plantilla a un Jorge Sampaoli que ya tiene nuevo equipo por cierto. Alejado de discursos retóricos y relaciones socioafectivas entre jugadores y centrado en lo verdaderamente importante, poner orden en la plantilla y mirar a la portería rival en cada balón que tenga en su posesión. Fútbol.