Sabe lo mucho que se está jugando, pero está convencido de que la jugada le saldrá bien. Álvaro Odriozola admite que la temporada de su ansiado regreso a la Real Sociedad no ha sido como cabría esperar, pues las lesiones le han impedido coger un ritmo de competición adecuado y sus apariciones han sido demasiado intermitentes. Todo ello, mientras Hamari Traoré y Jon Mikel Aramburu hacían todo lo contrario reivindicándose y ganándose la confianza de la afición de Anoeta y de Imanol Alguacil, que además también valora la promoción de otro carrilero de Zubieta como Rupérez y valora el regreso de Álex Sola tras su cesión en el Deportivo Alavés. Odriozola siente que aún hay mucha gente que no le ha perdonado que se fuese al Real Madrid en 2019, ni siquiera aunque dejó 32 kilos en caja y volvió por sólo tres, y que incluso desean su marcha. Desde luego, su poderoso currículum hace que haya tenido y tenga muchas ofertas para salir este verano. Es más, podría hacerlo sin alejarse mucho de casa, pues admite que entre sus pretendientes está el Athletic Club. Eso sí, aunque reconoce que le han llamado desde Bilbao para ficharle, también expone a las claras cuál ha sido su respuesta.
"¿El Athletic? Como es obvio, su nicho de mercado es reducido y sí, han tocado la puerta. Como muchos otros clubes. Pero ellos supieron en todo momento que yo quería venir aquí (a la Real Sociedad)", manifestó con rotundidad Odriozola en una entrevista para Noticias de Gipuzkoa, en la que dejó claro que, después de pasar por algunos de los mejores clubes del mundo, sólo quiere disfrutar de jugar en su casa, con el equipo de toda su vida y con su gente en la grada. No se plantea marcharse a ningún sitio a pesar de las críticas y, mucho menos aún, mudarse al eterno rival: "Soy un tío normal y corriente, de Donostia de toda la vida, que juega al fútbol y que he tenido la suerte de jugar en el mejor equipo de Alemania, en el Real Madrid, en la Fiorentina, que es un gran club en Italia, y ahora juego para el equipo de mi vida. Soy el tío más feliz del mundo".
No se ve vistiendo de 'zurigorri', ni ahora ni nunca: "Yo respeto totalmente a todo el que haya jugado en la Real y el Athletic porque con el fútbol visto desde dentro y lo entiendo perfectamente. Pero en mi situación, en mi caso, yo no podría jugar en el Athletic. Y te aseguro que les tengo un respeto brutal, cuentan con una idiosincrasia muy bonita, han hecho una temporada increíble con el título de Copa... chapeau; pero yo no podría por respeto a lo que me han enseñado mis 'aitonas'. No puedo ser más donostiarra, más guipuzcoano y desde todo el respeto que le tengo al Athletic, yo no podría jugar allí".
Es más, sólo se plantea jugar en San Mamés en una situación muy específica: en la final de la Europa League 24/25, que se celebra en el feudo 'athleticzale'. "Estoy por orgullo de todo lo conseguido, pero me falta ganar un título con la Real. Nuestro sueño es ganar la Europa League, hacerlo en Bilbao aún más. Sería la hostia, ¿verdad?", explicó un futbolista que ha ganado Champions, Bundesliga y Copa de Alemania con el FC Bayern y que ha levantado como madridista LaLiga, la Copa del Rey, la Supercopa de Europa y la de España, así como el Mundial de Clubes en dos ocasiones. Lo ha ganado todo, pero aunque le digan que es más del Real Madrid que de la Real Sociedad, deja claro cuál es el único equipo en su corazón.
"Me han acusado de eso pero los que me conocen de verdad saben que soy de la Real más que el presi si cabe. Mi aitona estuvo a punto de ser presidente de la Real. Yo en el bolsillo del pantalón siempre llevo en cada partido un pin de la Real que era de mi aitona Jose Mari, regalado por mi tía. Yo soy de la Real porque es lo que siempre me han inculcado en mi familia, pero siempre me han contado que el Real Madrid siempre es un club señor, no como otros, que siempre se ha portado de maravilla con la Real y que hay buena relación entre los dos clubes. Y me fui para allí con una pena tremenda porque dejaba el club de mi vida pero también te digo que sabía que iba a volver. Dije que sólo me iría al Madrid, porque es un club al que no se le puede decir que no, pero la gente se olvida de que un año antes, debuto en enero y en junio acababa contrato, me podría haber ido gratis y renové".
Con todo, pese a convivir con la crítica, Odriozola despide la temporada 23/24 con buen sabor de boca, con el sexto puesto, una nueva clasificación europea y, lo más reconfortante, los aplausos de Anoeta: "Fueron un par de ovaciones que además saben a gloria porque es gente que te ha querido, ha dejado de quererte y tú lo que quieres es que te vuelvan a querer. Se me pone la piel de gallina porque es algo que anhelo porque yo quiero agradarles. Hubo gente que le sentó muy mal que me fuera, es totalmente entendible y trabajo para ganarme de nuevo a la gente, porque en la afición de la Real están mi familia, mis amigos, conocidos… De verdad, quiero ganármelos". Vamos, que no se va de Donosti.