Sevilla
Osasuna
Decir que los partidos se deciden por detalles, especialmente por errores, es una perogrullada, aunque rigurosamente cierto cuando reina la igualdad. Empataron a uno este lunes Sevilla FC y CA Osasuna en el duelo que cerraba la jornada 15ª de LaLiga porque así lo pactaron tácitamente sus porteros, erráticos en sus salidas ante Budimir y Lukébakio, primero, y ágiles y resolutivos, más tarde, para impedir sendos dobletes, en el mismo orden además (del croata, en el 94, y del belga, en el 95). Álvaro Fernández y Sergio Herrera pasaron de villanos a héroes para sellar unas tablas que no dejan reengancharse a los rojillos a la zona europea (al sumar únicamente dos puntos de nueve posibles) ni a los blanquirrojos convertirse en alternativa, reverdeciendo viejos laureles. Nunca mejor dicho, pues se quedan a las puertas de rebasar en la tabla a su eterno rival dos años y medio después.
De inicio, se lo tomaron con calma ambos equipos, priorizando la anulación de la iniciativa ajena sobre la articulación de la propia. De hecho, tardó casi diecisiete minutos en aparecer la primera aproximación de peligro del partido, merced a un derechazo lejano de Bryan Zaragoza que se le complicó por el bote a Álvaro Fernández, quien lograría, con todo, despejar a córner. Los anfitriones lo fiaban casi todo al éxito de su presión alta y la verticalidad de sus transiciones, más o menos el mismo plan rojillo, aunque sin un achique tan asfixiante, esperando en bloque medio-bajo. La respuesta, al filo del mismísimo ecuador, fue obra de Sow, tras reeditarse la sociedad que brindó el triunfo ante el Rayo Vallecano, con servicio desde la izquierda de Isaac Romero que, en esta ocasión, pilló a contrapié al internacional suizo, que no embocó entre palos, aunque sí consiguió que su disparo merodeara el corto.
La acción dotó de confianza al lebrijano, felizmente reconvertido para la ocasión en extremo zurdo y haciendo mucho daño en el espacio entre Areso y Catena, cruzándose dos veces seguidas de manera milagrosa el mostoleño. En el 28 fue Boyomo el que evitaba que una diablura de Peque acabara mal para los intereses de un conjunto navarro aculado a la media hora. Sufrían los de Vicente Moreno por la prestancia por fuera de su oponente, con José Ángel Carmona desdoblando o encontrando a Lukébakio, mientras que Pedrosa arriesgaba menos por la acumulación de compañeros en ese perfil izquierdo. El belga, por cierto, se entretuvo en dos escaramuzas prometedoras. De ahí al descanso, poco más que 'rascar', pues las defensas se afanaron un pelín más y lo único reseñable aconteció desde la frontal, especialmente con un derechazo de Gudelj que sacó junto al poste Sergio Herrera.
La reanudación iba a arrancar más vistosa, pues se desencadenaron un tanto los ataques cuando se desajustaban paralelamente las vigilancias. En cuestión de un minuto, Lukébakio recibía solo en el segundo palo un pase en largo de Pedrosa, regateando fenomenalmente a Juan Cruz, aunque estrellando su intento casi sin ángulo en el cuerpo del portero visitante; y, a renglón seguido, Kike Salas despejaba en corto y hacia el centro, en contra de lo que mandan los cánones, para habilitar en el punto de penalti a Moncayola, aunque Badé puso la pierna para impedir el fusilamiento a quemarropa de Álvaro Fernández. Un intercambio de golpes que animó ese ida y vuelta que tan poco gusta a los entrenadores. García Pimienta metió mano enseguida en el partido, metiendo a Saúl y Suso para dinamitar su propio dibujo y la ordenación de sus hombres. No tardó en imitarle Vicente Moreno. Ninguno quería que se le fuera de las manos.
En el 67, Isaac salva un balón sobre la misma línea de fondo para permitir que el recién ingresado atacante gaditano habilitase al zaguero aruncitano, que la mandó a la red ya reconvertido a lateral, aunque la acción quedó anulada por un justísimo fuera de fuego en el inicio de la misma del '10'. Sin tiempo para digerir la decepción de una celebración 'interruptus', el desaparecido Budimir cazaba un gran centro de Areso, ganando la espalda a Badé y picándola para que el testarazo se le escurriera entre las manos al portero sevillista. El jarro de agua fría lo secó en apenas tres minutos Lukébakio, que recibía un pase estratosférico de Saúl y regateaba a Sergio Herrera con un gran control orientado que le sirvió, además, para dejar atrás a Juan Cruz por enésima vez en la noche. De nuevo tablas en el marcador, lo más justo, lo menos traumático para ambos.
El epílogo fue trepidante, con las sensaciones a favor de los nervionenses, que lograron encerrar a los rojillos, aunque todo pudo cambiar para los dos en el tiempo de prolongación. En el 94, Álvaro Fernández se rehace ante otro testarazo picado de Budimir que olía a 1-2 que tiraba para atrás, al tiempo que Agoumé acarició la redención (con el penalti que supuso la derrota en Butarque y su correspondiente expulsión) con un servicio medido para otro desmarque calcado de Lukébakio, que prefirió esta vez disparar y no esquivar a un Sergio Herrera que tapó bien para amarrar un punto valioso, visto lo visto. Por merecimientos, todo correcto. A lo mejor cada cual se cree vencedor a los puntos, pero, a la hora de la verdad, más o menos inquietaron por igual Sevilla FC y CA Osasuna, condenados y salvados de forma consecutiva por los mismos protagonistas.
Sevilla FC: Álvaro Fernández, José Ángel Carmona (Jesús Navas 86'), Badé, Kike Salas, Pedrosa (Suso 64'); Gudelj, Lokonga (Agoumé 86'), Sow (Juanlu 75'); Lukébakio, Peque (Saúl 64') e Isaac Romero.
CA Osasuna: Sergio Herrera; Areso, Catena, Boyomo, Juan Cruz (Herrando 83'); Iker Muñoz (Pablo Ibáñez 70'), Moncayola, Aimar Oroz; Rubén García (Abel Bretones 70'), Bryan Zaragoza (José Arnáiz 77') (Rubén Peña 83') y Budimir.
Árbitros: Martínez Munuera (valenciano), con el tinerfeño Trujillo Suárez en el VAR. Amarillas al local Sow, así como al visitante Catena.
Goles: 0-1 (69') Budimir; 1-1 (72') Lukébakio.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 15ª jornada de LaLiga EA Sports 24/25, disputado en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla ante 31.536 espectadores.