"En el deporte, es tan importante saber ganar como saber perder. Béticos, lo demostrásteis en 2005 y lo habéis vuelto a hacer". Así reza un tuit publicado desde la cuenta oficial del Osasuna haciendo referencia a sus dos citas históricas con el equipo verdiblanco en la Copa del Rey.
Y es que fueron muchos los que rememoraron el pasado miércoles aquel partido que se disputó en el ya demolido Vicente Calderón y que supuso la consecución de la segunda Copa del Rey para las vitrinas béticas. El encuentro se decidió en la prórroga con aquel tanto del trianero Dani que supuso el 2-1 final para provocar, a la postre, el delirio de todos los aficionados desplazados hasta Madrid.
Según informaciones de Renfe, hasta 9.200 aficionados osasunistas acudieron en tren, al tiempo que desde Pamplona partieron 210 autobuses. Por parte de la afición hispalense, el viaje fue aún más notorio. Unos 36.000 béticos tomaron el AVE como el medio más ideal para acudir a la final. Asimismo, el dispositivo de seguridad de la Delegación del Gobierno en Madrid estuvo compuesto por 1.500 agentes, sin que tuvieran que intervenir en ningún momento.
Y como el fútbol está lleno de casualidades, el choque de esta semana entre ambos también tuvo que decidirse en la prórroga. El conjunto que dirige Arrasate forzó el tiempo extra en el último instante del tiempo reglamentario enmudeciendo a la parroquia del Benito Villamarín. Unos minutos después, el estadio heliopolitano comenzaría a rugir de nuevo para alentar a los suyos, quienes en la prórroga se volverían a llevar un segundo jarro de agua fría con el 2-2 definitivo. Pero lejos de venirse abajo, la afición bética siguió animando a los hombres de Pellegrini para darle el empujón psicológico que necesitaban, sobre todo, tras la derrota ante el Barcelona en la Supercopa desde los once metros.
Y en los penaltis, la 'Diosa Fortuna' se decantó para el bando osasunista, pero los verdiblancos aceptaron la derrota con total deportividad y fueron muchos los que felicitaron a los pocos aficionados rojillos desplazados esta vez a la capital hispalense, mientras que otros lo hicieron a través de las redes sociales. Dos aficiones que ya han quedado, gracias a la Copa del Rey, hermanadas para siempre.